Si bien lo óptimo es que siempre sea el Día de la Madre, la institucionalización en Chile de una fecha concreta para ello  tiene tintes legales.

Sí, porque fue el decreto supremo 1.110 del Ministerio del Interior -firmado en 1976 por Augusto Pinochet- el que lo fijó el 10 de mayo, cambiando un festejo que antes se hacía en Chilito en octubre.

Ese documento también fijó los Días del Niño, del Maestro, del Padre, de la Mujer, del Anciano y del Abuelo. Y decía que "la mayor parte de estas celebraciones corresponden a una expresión espontánea de los habitantes del territorio nacional, sin que tengan un reconocimiento oficial por parte del Gobierno, el que ha decidido otorgar a cada uno de estos días el carácter de Día Nacional".

A través de la historia, este festejo a las mamis ha sido en distintas fechas, dependiendo de cada cultura. Y hasta ahora no hay uniformidad mundial respecto de un día.

En lo que sí hay acuerdo es que los primeros vestigios de un reconocimiento a la madre son de la Antigua Grecia, donde el homenaje era a Rea, la madre del dios más poderoso de los helenos, Zeús.

Esta costumbre fue traspasada a los invasores romanos, quienes la fijaron el 15 de marzo para recordar Cybele, la madre de los dioses.

Pero mucho más adelante fue la estadounidense Anna Jarvis la moderna creadora de este festejo, cuando  dio vida a un Club de Madres que durante la Guerra Civil norteamericana (1861-1865) cuidó a los hijos de las viudas.

Cuando murió su propia madre el 10 de mayo de 1907, Anna Jarvis eligió ese día para homenajear a las progenitoras, y en 1914 el presidente Woodrow Wilson acogió lo declaró oficial.

Pero hay países en los que festejan el Día de la Madre en distintas fechas: Paraguay lo hace el 15 de mayo, el Día de su Independencia, porque los guaraníes igualan la Patria a la madre; en Panamá coincide con el Día de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, y en Tailandia el el día del cumpleaños de la reina Sirikit Kitiyakara, el 12 de agosto.