Un representante de los gendarmes de Arica entregó detalles del actuar de los integrantes de la banda Los Gallegos, perteneciente al Tren de Aragua. Esto, luego de que 16 reclusos de nacionalidad venezolana quedarán en prisión preventiva desde junio de este año.

Durante una conversación con LUN, el gendarme -quien prefirió no entregar su identidad- reveló cómo ha cambiado la cárcel de la ciudad tras la llegada de estos reclusos y cuál ha sido el comportamiento de los integrantes.

Recientemente, desde la Dirección Regional de Gendarmería de Arica solicitaron el traslado de los sujetos a otras cárceles del país debido a la peligrosidad que significan, no solo para los gendarmes, sino también para el resto de la población penal.

“La semana pasada una funcionaria de Gendarmería que revisa los arrestos domiciliarios, fue amenazada de muerte, presumiblemente por el Tren de Aragua”, comenzó explicando al medio citado.

Poder a través del miedo

Asimismo, señaló que antes la cárcel de Arica se destacaba por ser muy tranquila, pero tras la llegada de los miembros de este grupo la situación ha cambiado. Aseguró que no les interesaba “hacer conducta para obtener beneficios”, sino que buscaban “obtener poder a través del miedo”.

“Son desafiantes, no respetan a la autoridad y son violentos”, continuó explicando, destacando que antes habían riñas un par de veces a la semana, mientras que ahora eran todos los días.

“Antes se peleaban a los punzazos, al mano a mano, que le llamaban, para apoderarse de territorios o de módulos. Pero el objetivo era herirse, no matarse. Entonces llegaban los gendarmes y sacaban a los agresores y al agredido. Era una situación controlada. Ahora no. Ahora los reclusos van en masa directamente a matarse, atacando los puntos vitales del agredido para liquidarlo”, reveló el gendarme.

En esa misma línea, explicó que “mientras más violento, más respeto tienen dentro de la cárcel”.

“Está descontrolada”

El gendarme también destacó que el problema con el Tren de Aragua no era la cantidad de reclusos, sino la manera en la que se organizaban.

“Esas bandas adentro reclutan gente, generalmente venezolanos, y forman un clan muy difícil de contener. Y no tenemos un módulo de alta seguridad alejado del resto de la población penal, así que no podemos aislarlos”, señaló.

Finalmente, el gendarme aseguró que entre sus colegas existía un sentimiento de “indefensión y miedo, ya que también han aumentado las agresiones hacia ellos.

“La cárcel ahora está descontrolada”, concluyó.