Esta Rosa Espinoza es seca pa'l serrucho y para pegarle al martillo. A diferencia de la cabra que se hizo famosa en youtube, esta mujer no agarra a garabatos a nadie y ni siquiera se le cruza por la cabeza alguna xuxadita.

El famoso nombre persigue a esta madre de 33 años, que vive en una mediagua en el campamento Barcaza Valdivia de Talcahuano.

"A veces me molestan, pero me lo tomo con humor. Yo no digo garabatos, siempre señorita, en ese nos separamos", afirmó.

Rosa lleva diez meses viviendo en ese lugar. El terremoto destruyó el edificio donde habitaba hace 10 años.

Su mala suerte cambió hace dos meses. Aceptó una capacitación de la Fundación Emplea para hacer un curso y salió convertida en una maestra de la "contru". La propuesta le cayó del cielo, ya que estaba sin pega.

"Vi la oportunidad y la tomé altiro. Y bien, porque me gusta trabajar en las maderas", reveló.

Reconoce que algo cachaba de los metales, ya que su madre le enseñó desde chica. Pero nos reveló que en el curso "aprendí muchas cosas de carpintería, mejoré la técnica".

Rosa se creyó el cuento. Tanto que hace un tiempo hizo con sus propias manos la ampliación de su mediagua para darle más comodida a sus pequeños.

"Estábamos súper estrechos. Se me ocurrió hacer dos dormitorios para mis hijos y los terminé en dos meses", afirmó.

Orgullosa de sus logros, sabe que la pega para una mujer en la construcción puede ser difícil: "Quiero trabajar en esto, ojalá que me llamen luego, que se atrevan a contratar a una mujer".

Ahora espera aprender de sus colegas los secretos de la pega pero no a decir xuxadas.