Son pocazos los santiaguinos que nunca se han dado una vuelta por los populares juegos Diana, un centro de entretención que entre carruseles, flippers o incluso el barco pirata, esconde una increíble historia ligada a la oración.

Y es que el recinto, ubicado entre las calles San Diego y Arturo Prat, fue nada menos que el hogar de los sacerdotes de la Iglesia de Los Sacramentinos.

“Esto era un convento. En los 80 mi papá, Roberto, lo compró. En el subterráneo tenían un teatro, pero estaba completamente destrozado. Luego colocamos una pista de patinaje y una piscina de pelotas. Ahora, nuevamente lo transformamos en un teatro”, contó a La Cuarta Enrique Zúñiga, dueño de los Diana.

Justamente hoy, en ese lugar se presentará la obra de marionetas para adultos “Lobo”, del dire Andrés Amion, que revive la misteriosa y desconocida historia de este visitado lugar.

“Aquí antes vivían los curitas, los seminaristas. Este era parte de un lugar donde se celebraban ritos religiosos y se proyectaba cine. Esta obra está dividida en dos, en la primera los muñecos relatan justamente eso”, contó al diario pop Andrés.

FANTASMAS

Enrique Zúñiga asegura sin titubear que en lugar penan en mala. “Lo hemos sentido. En el tercer piso habían celdas, donde en una época pusimos camas elásticas. Ahí se sentía gente saltar, abríamos y no había nadie”.

En esa parada, el dueño del lugar asegura que tiene un lote de anécdotas más de estilo fantasmal: “Una vez mi secretaria vio a un curita sentado en los peldaños, con la cabeza gacha, como meditando. No es la única que lo ha visto”.

Andrés Amion, por su litro, cuenta que en medio de la preparación de la obra, también sintió cosas raras. “Una vez estábamos en el teatro y se movió un poco una puerta y no había nadie”, cuenta.

De todas maneras, agregó que al parecer los espíritus que andan por el recinto son ultra relajados. “Es un lugar donde no hay miedo, es súper cálido. No es la casa del terror”, señaló.

En relación a la obra, explicó que “tendremos un anfitrión, Don Clemente, que vive hace cien años ahí, es un espíritu. Invocamos a los espíritus de acá para que sea un misterio criollo. Luego ya parte la historia de Lobo, un personaje desarraigado de la sociedad”.