"Lo amarraron...": relatan las graves agresiones que joven bombero habría sufrido en "bautizo"

La abogada del muchacho de 21 años reveló las "torturas gravísimas" que habría enfrentado tras cumplir su "sueño" de usar ese uniforme.

Un joven de 21 años denunció haber sido víctima de agresiones y tortura en medio de un rito de "bautizo" dentro de la Cuarta Compañía de Bomberos en Ñuñoa.

Todo habría empezados cuando "a tres voluntarios nuevos les dijeron que los iban a rapar; los dos primeros aceptaron sin ningún problema, pero la víctima consideró que no era algo apropiado, que no era algo que fuese legítimo y se negó", relató la abogada que representa al joven, Mariana Hernández, a Meganoticias.

El muchacho se negó a "que le cortaran el pelo y por su negativa comenzaron la torturas durante toda la noche, desde las 23:30 hasta las 04:40 de la mañana".

La abogada calificó que "las torturas fueron gravísimas".

Primero lo habrían hecho "luchar con un compañero que era mucho más robusto que él: le sacó la mugre, lo golpeó, lo agredió, lo tiró al suelo, le azotó la cabeza".

Después, "le dieron una segunda oportunidad haciéndolo pelear con otra persona que también era corpulenta". Para no ser rapado, le habrían puesto una "condición", que "era hacerle una 'llave'".

"Lo amarraron de pies y manos"

Tras todo eso, sus compañeros habrían apagado "las luces en forma intermitente", y luego "vinieron con dos máquinas (de cortar pelo), lo afirmaron entre varios, lo raparon, lo dejaron con mechones irregulares por toda la cabeza, y lo amarraron de pies y manos con cinta adhesiva".

En tanto, según el relato de la abogada, "él luchó, se sacó la cinta adhesiva y como estaba muy furioso por lo que le estaban haciendo, por la vulneración de sus derechos, lo amarraron de pies y manos con una cuerda, inmovilizado y lo dejaron colgando de un balcón de cabeza".

Después, "le dicen que le van a tapar los ojos y que se tiene que tirar".

Sobre la situación actual del joven, ella dijo que "está mal, muy agredido", y que incluso "hoy día empieza un tratamiento psicológico".

Y es que "él desde los cinco años quería ser bombero y, finalmente, con esta actitud totalmente vulneratoria de sus derechos, él no quiere volver más, por lo tanto, le truncaron su sueño de toda la vida".

Eso en lo emocional, mientas que en le plano físico, "está dañado: tiene daños policontusos, cicatrices, está adolorido, porque lo apalearon entero".

"Condenamos"

Tras enterarse de la situación, el comandante del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, José Figueroa, dijo al citado medio "nos enteramos de la situación" y que en este momento podrán "los antecedentes en el organismo disciplinario para que se tomen las medidas respectivas".

Además, declaró que "como institución condenamos cualquier acto de violencia que ocurra en el interior o fuera de nuestros cuarteles".

Por ello, "tomaremos las medidas respectivas para que estos hechos no se repitan en el futuro".

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