Una verdadera desgracia se está dando en las mesas  de la barra pop. Ya no es posible degustar un delicioso causeo de jurel, cebolla, tomate y mayo, debido al alto precio que tiene este pescado en tarro.

Esta desdicha, que dejó con el diente largo a los amantes de esta sabrosura de nuestros mares, es originado por un hecho que no es na' pa' la chacota: el humilde jurel, que tan despreciado fue en su tiempo, está en peligro de extinción.

De acuerdo a la opinión científica, la pesca indiscriminada de este alimento es el principal responsable de este descalabro no sólo culinario, sino también ecológico.

Por esta razón, los cabros de Greenpeace (foto chica) ayer se vistieron como jureles y protestaron frente al Hotel W de Santiago, donde se realizó una conferencia para la creación de una Organización Regional de Pesca.

En el lugar, los verdecitos patalearon para que se tomen medidas por la recuperación del humilde pececillo, que en los tiempos de nuestros padres se le subía el pelo tipificándolo como "salmón".

"Los delegados están fallando dramáticamente en asegurar la recuperación del jurel, debido a que las reducciones planteadas están aún muy por encima de lo necesario", alegó Samuel Leiva, coordinador de Campañas de Greenpeace.

De acuerdo a la ONG, las reducciones en la pesca del jurel deben provenir de los países que se pasaron por el popín el acuerdo que se tomó en la ciudad de Cali, Colombia, el año pasado.

Este tejazo le cae directo a  Perú y Ecuador, naciones que eligieron no respetar la medida que buscaba darle un respiro a los pobres jureles porque, según ellos, "estas normas son para que se cumplan en aguas internacionales".

El presi de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), Hernán Calderón, aseguró que, "es lamentable que este alimento, que permitía que las familias de menores recursos pudieran obtener los beneficios del pescado, esté tan caro... pero lo peor son las causas de esas alzas".

Calderón dijo que es obligación de las autoridades ponerle freno a la pesca indiscriminada, aunque aún no deciden si poner un recurso de protección por este drama.

Lo que sí propuso, es que "al igual que los locos, las autoridades deberían establecer períodos de veda para que exista una pesca controlada", remachó.

Uno que no se tomó tan a pecho la alerta, a pesar de que lo toca muy de cerca, es Óscar "Jurel" Herrera, ex jugador de Naval, quien encuentra penca que sus tocayos pasen a mejor vida.

"Me parece bien que luchen por la protección del jurel", dijo el pelotero que la rompió en los 80.

Igual, señaló que es una lata que el pescadito que le dio el nombre tenga un descenso brígido en su población, porque "me encanta el jurel y agradezco a quien me puso ese apodo, por eso todos me recuerdan", concluyó.