Como en una película de western protagonizada por Clint Eastwood, los alumnos de la facultad de ingeniería de la Universidad de Santiago (Usach) acusan a un profesor de pasearse armado por la casa de estudios.
Se trata del profesor Pedro Corral Echeverría, docente de la facultad de ingeniería y secretario académico de la misma, quien fue visto por varios alumnos con un revólver al cinto mientras transitaba por la casa de estudios.
"Repudiamos completamente el uso de armas, ya sean de fuego o blancas, al interior de la universidad. No puede ser que el profesor Corral camine libremente por el campus portando un arma, por lo que pedimos a las autoridades académicas que tomen cartas en el asunto y que no siga ejerciendo sus funciones", señaló Juan Pablo de la Torre, presidente de la Federación de Estudiantes de la Usach.
Campo de tiro
El profesor aludido, quien es ingeniero en ejecución mecánico y que dicta clases hace 38 años, se encuentra con licencia hasta el lunes, sin embargo, entregó su versión de los hechos a La Tercera, donde explicó que todo se trata de un malentendido.
"Yo no cargo un arma en la universidad. Sí estoy autorizado para transportar y usar armas porque practico tiro y cuando voy al club en el horario de almuerzo traigo de mi casa el arma y como no la puedo dejar en el auto la traigo a mi oficina, pero no cargada con municiones", indicó el profesor Correa.
Doble sumario. Sin embargo esta no es la primera vez que acusan al docente por andar a lo Rambo, ya que el 2016 su colega Raúl Thoms se quejó con la dirección de la universidad por andar con su arma regalona.
"Estupefacto pude constatar que la conducta de este señor es su modus operandi en su trato social con estudiantes, funcionarios y colegas. Surge aquí otras preguntas. ¿Cómo un directivo puede exhibir con tanta libertad un arma de fuego al interior de un recinto universitario estatal?", denunció Thoms.
Actualmente hay dos sumarios contra Corral, uno por el actual incidente, y otro para averiguar por qué la investigación interna hace dos años quedó en nada.