El canciller del Arzobispado de Santiago, Hans Kast, declaró ante la jueza Jéssica González y le echó una palada más de tierra al cura Fernando Karadima.

"Esperemos que se haga justicia y que se conozca la verdad, porque la verdad nos hace libres. Yo colaboro con la justicia y ratifico todo lo que había dicho", dijo ayer el religioso, tras declarar casi 2 horas en el 34º Juzgado del Crimen de la capital.

En mayo del año pasado, el sacerdote entregó importantes antecedentes por escrito al entonces fiscal del caso, Xavier Armendáriz.

De acuerdo a filtraciones judiciales, Hans Kast señaló en los documentos que fue testigo de actos impropios del sacerdote Fernando Karadima en contra de los jóvenes que acudían a la iglesia de El Bosque.

En el texto, Kast relató que en 2005 vio por casualidad cuando el cura Karadima le dio besos en la boca a dos muchachos mayores de 18 años y que incluso escuchó cuando a uno de ellos le habría pedido uno "con lengua".

En el escrito, Kast relató que el cura Karadima trataba como "damas de compañía" a los jóvenes que formaban parte de su círculo más íntimo. También los sometía como "pololos" y "jugaba con los afectos, el doble sentido del lenguaje, bordeando los límites y a veces traspasándolos", señalan los antecedentes recibidos por Armendáriz en mayo de 2010.

De acuerdo con fuentes judiciales, el sacerdote Hans Kast reiteró todo lo que vio mientras trabajó junto a Fernando Karadima en la iglesia de El Bosque.

Con la entrega del escrito al entonces fiscal del caso, Kast se convirtió en el primer miembro de la Iglesia Católica en respaldar las acusaciones contra el cura Karadima.

Respecto a lo que le tocó ver y escuchar de la relación que Karadima mantenía con sus presuntas víctimas, el sacerdote Hans Kast señaló que varias veces fue testigo de las insinuaciones del ex párroco de El Bosque.

Kast detalló que Karadima le decía al médico James Hamilton que realizaran actos de connotación sexual y que al filósofo José Andrés Murillo le decía "pinteado".