Emblemática población de Huechuraba se fundó como campamento para combatir la pobreza. Hoy luce su mejor cara, con calles pavimentadas y multicanchas.
El barro y las condiciones precarias que por años caracterizaron a la población La Pincoya quedaron hace rato atrás. Hoy luce con orgullo sus calles pavimentadas, luces LED en sus postes, áreas verdes e incluso una piscina temperada para que sus vecinos chapoteen.
Esto y mucho más se logró en los 50 años de vida que tiene este lugar, que durante todo octubre tirará la casa por la ventana para celebrar su mitad de siglo.
"Aquellos que llegaron con cuatro palos, una frazada y una bandera, saben perfectamente cómo han cambiado las cosas. Hemos pavimentado calles equivalente a 275 multicanchas, cambiamos 9 mil luminarias por luces leds, creamos un polideportivo con piscina temperada, ampliamos la biblioteca, generamos espacios culturales y deportivos que antes no existían", señaló el alcalde Carlos Cuadrado.
"La Pincoya antes tenía mala fama, ni los taxis entraban, uno decía que no vivía acá y te dejaban afuera, en Recoleta", recuerda la dirigenta vecinal Sandra Tapia.
Entre las actividades a realizar están una olla común patrimonial, el Festival Popular de La Pincoya, un seminario y cerrará con el entierro del Baúl de la Memoria, en el que irán objetos y fotos de La Pincoya actual, y que se abrirá en 50 años más, es decir, recién en el 2069.
"Decidí quedarme, porque aquí están mis amigos y mi familia. Son varios factores que hacen que no quieras dejar tu comuna, porque para mí es la mejor", contó el delantero de la Sub 17 Alexander Aravena.