Llegó la pócima que termina con la caña
Los chichafrescas que tienen la mala costumbre de chupar hasta quedar con la cabeza como bombo, ahora tienen chipe libre para ensoparse sin temor a despertar con hachazo.
La solución para no amanecer con la sensación de tener un chuzo enterrado en el cráneo, sería beber a lo caballero, onda una copita y chao, pero la papa consiste en una pócima importada desde las Uropas.
Se trata de AlcoholKiller (AK), un elíxir que contiene propiedades sanadoras contra la mona.
La llegada de este enjuague a Chile se la debemos a dos próceres de Concepción que se aburrieron de despertar poseídos por los espíritus de Maradona, Martín Cárcamo y el Negro Piñera juntos.
Son Patricio Araneda y Ferrán Santamaría quienes, buscando en internet un antídoto contra la borra, encontraron las latitas de AlcoholKiller.
"Después de meter la cabeza en una batea con hielo decidimos lanzarnos al negocio y traer la pócima desde España", contó Pato, quien se ofreció como conejillo de indias para testear el menjunje.
"Me tomé un enguindado al seco y en la misma una latita de AK y quedé como lechuga. Lo mejor es que además deja un gustito a limón en la boca y es tan saludable como una sopita de gallina castellana", soltó Ferrán.
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