Una chispa misteriosa, que habría saltado mientras unos maestros realizaban reparaciones en una vivienda vecina, mandó al otro mundo a una tradicional fábrica de ataúdes de la comuna de Independencia. El siniestro, originado cerca de las 22 horas del miércoles, en pocos minutos se hizo chupete casi 80 féretros finamente terminados, los que estaban listos para ser ocupados por su distinguida, tiesa y helada clientela.

Afortunadamente, a la hora del incendio de calle Teniente Bisson 815, todos los cajones estaban vacíos, por lo que ningún muerto resultó lesionado. Además, los empleados de la sección de carpintería de la Funeraria Azócar ya se habían ido para la casa, por lo que no hubo heridos. El poder de las llamas dejó a la fábrica de pijamas de palo convertida en cenizas. Tres casas colindantes con el recinto también quedaron dañadas.

Como el fuego no discrimina lo humano de lo divino, en la comuna de Lo Espejo otro siniestro dejó un templo evangélico convertido en brasas. La pana habría sido una falla eléctrica. "Toda la comunidad está ayudando. Nos volveremos a levantar, porque no hubo pérdidas personales", contó el obispo Amador Montecinos (53), pastor del humeante Ministerio Evangelístico Cristo Vive, de la villa Nueva Lo Espejo, que dejó a 80 fieles sin su templo regalón.