Los tres tripulantes de la avioneta que el domingo se estrelló en Curacaví fueron encontrados muertos dentro de la cabina, a casi 2 mil metros de altura.

El Cessna había despegado a las 18 horas del domingo desde Rocas de Santo Domingo y debía aterrizar 45 minutos después en el aeródromo San Rafael, en Los Andes, Quinta Región. Sin embargo, por causas que está investigando el fiscal de Aviación, Patricio Morales, la aeronave chocó de frente contra la ladera sur del cerro El Roble Alto, de Curacaví pa' dentro.

En la desgracia murieron el piloto Juan Carametro Ferreto, Sergio Miguel Ángel Díaz Aguirre y su esposa, Graciela del Carmen Wevar Cruz.

Gracias a la señal de emergencia que detectó la torre de control del aeródromo Rodelillo de Viña del Mar, comandos de la Fuerza Aérea de Chile (Fach) a las 7.10 horas de ayer salieron a buscar la aeronave en tres avionetas Pillán y dos helicópteros.

NUEVA

Cerca de las 8 de la mañana, los rescatistas vieron la avioneta estrellada en una cuesta terrible escarpada. "La cola y las alas estaban en buen estado, pero la parte frontal estaba destruida", dijo el capitán de bandada Rodrigo Zeballos.

Agregó que "el lugar es de muy difícil acceso, por lo que tuvimos que devolver los helicópteros a un lugar cercano. Luego los comandos hicieron el rescate a pie". Pese a la violencia del pencazo, la avioneta no se incendió.

Datos reunidos por La Cuarta indican que el piloto nunca perdió el rumbo y que antes de despegar desde Rocas de Santo Domingo la avioneta había estado en Concepción y San Fernando.

"La aeronave era nueva, del año '97, una de las últimas que sacó la Cessna... la zona del accidente era conocida, bastante volada y con buena visibilidad, así que no entendemos qué pudo haber pasado", señaló Jaime Leiva, jefe de operaciones del aeródromo San Rafael.

Sergio Díaz era cirujano dentista, presidente del Club Aéreo de Los Andes, con más de 3 mil horas de vuelo, y dirigente de la Sociedad Odontológica de Aconcagua. Egresó de la Universidad de Concepción, igual que su esposa Graciela Wevar, quien también era uan reconocida dentista. El piloto de la avioneta, Juan Carametro, tenía gran capacidad y experiencia, pero menos horas de vuelo.

Carlos Godoy S.