A diferencia de Carlos Chandía, en Alemania 2006, Pablo Pozo espera poner a La Noche y Américo en Sudáfrica, su rito sagrado antes de salir a repartir tarjetas en una cancha.

-¿Soltó el pito cuando le dijeron que iba al Mundial?

-No. Al estar dentro de los seis (mejores) de Sudamérica las posibilidades eran ciertas.

-¿Cómo andamos de lanza para codearse con los negretes que dan justicia?

-Aún no me planteo dirigir ningún país ni partido. Estamos enfocados en unos exámenes súper exigentes de marzo y ahí aspiraré a estar dentro de los 24 árbitros titulares.

-¿Cuál ha sido su mejor porotazo en esta pega?

- Uff, varios. Estar en los Juegos Olímpicos y hacer semifinales e ir al Mundial de Clubes a Japón y dirigir el tercer y cuarto lugar. En la Copa Confederaciones haber pitado a Italia y España, campeones del mundo y de Europa. Ah, y dirigir en Nigeria el Mundial Sub 17.

-Oiga, siempre he tenido la duda... ¿Qué hacen en el camarín antes de salir a repartir tarjetas?

-Tenemos varios rituales. Pancho Mondría saca su celular y pone siempre la misma música. En Nigeria, por ejemplo, a los colegas africanos y europeos les gustó Américo y La Noche.

-¿Cuándo vio que chiflar el silbato era lo suyo ?

-En los años noventa hice el curso motivado por mi papá. Jugaba en Magallanes con mi hermano (Mauricio), pero los fines de semana no nos ponían, así que me puse a arbitrar cadetes en Quilín y terminé dirigiendo a mis compañeros. Era central.

-¿A qué jugadores le da gusto arbitrar?

-Siempre he disfrutado de los talentosos y caballeros. Marcelo Salas nunca daba problemas. También daba gusto estar con Matías Fernández y verlo a cinco metros hacer las cosas que hacía, era impresionante.

-Tírese una anécdota...

-En la Copa Confederaciones dirigí España con Sudáfrica y en el entretiempo se me acerca el Niño Torres, Xavi y otros españoles a conversar en inglés. Yo les entendí al principio pero después preguntaron algo que me dejó plop. Ahí les dije 'yo soy chileno y habló español', entonces Torres me dice sonriendo: 'Pero tío, me hubieses dicho antes'.

-¿Hasta cuándo se ve con el pito en la boca?

-Por reglamento puedo dirigir hasta los 45, pero una vez terminado el Mundial me replantearé todo. Esta pega requiere mucho sacrificio en lo familiar y estoy un poco cansado de dejar solos a mi esposa y mis hijos.

-Mmm, más encima hay que cuidar la pega, ¿o no?

-Afortunadamente, entré a una empresa que le hace hincapié al deporte y en los seis años que llevo, nunca me han puesto algún problema. Lógicamente, tengo que mantener mi trabajo al día.