Con la cara pintada y mientras hacía sus pantomimas en el sector de Mapocho, fue detenido por efectivos de la PDI un mimo callejero denunciado por violación de tres menores.

El perico, de 37 pepas, cometía los abusos en la comuna de El Bosque, donde vivía frente a un colegio. El depra, con antecedentes policiales por el mismo delito, engrupía a los cabros chicos con sus rutinas de payaso, o les ofrecía plata, para llevarlos a su covacha y abusar sexualmente de ellos.

Como buen mimo, el gallo se reservó el derecho a guardar silencio, pero hoy será formalizado igual, nomás.