La familia integrada por el pescador Herber Mayorga (36), Rut Mancilla (25) y sus tres hijos de 12, 5 y 1 años, salió con lo puesto desde Chaitén, el viernes pasado, y dejó atrás su casa, mascotas, trabajo. Todo. La furia del volcán crecía cada vez y no les quedó otra más que huir.

Mientras eran evacuados en la barcaza Alejandrina, ninguno de ellos sabía qué pasaría con su futuro, pero mientras eran trasladados hacia Castro, luego a Ancud, y finalmente a Puerto Montt, decidieron rehacer sus vidas en Talca, donde vive, hace 25 años, la madre del jefe de hogar. Allá encontraron todo el apoyo de las autoridades que, de una, se pusieron con una mediagua, atención psicológica, colegio para los niños y hasta un laburo para el hombre.

El mayor de los retoños del matrimonio, José Enrique, relató que "teníamos mucho miedo por el volcán y por eso ahora no queremos volver más a Chaitén. Acá nos han tratado muy bien y espero hacer buenos amigos en esta ciudad tan grande".

GANOSOS

Tanto Herber como Rut están esperanzados en lograr salir airosos de esta mala jugada de la naturaleza: "Vamos a rehacer nuestras vidas, pero parecidas a la que teníamos en el sur, tranquila y con mucho esfuerzo, todo por nuestros hijos", señaló.

Herber dijo estar dispuesto a ponerle el hombro en la pega que le ofrezcan porque, a su juicio, "si estamos aquí es gracias a Dios y ahora sólo nos queda poner todo de nuestra parte para salir adelante, porque ya nos ayudado mucho", dijo agradecido.

El dire de Desarrollo Comunitario, Dideco, Patricio Uribe, informó que a través del Programa Puente activaron una red de apoyo, con la instalación de una mediagua que la muni construye junto a la casa de la abuelita de los mocosos, su implementación, artículos escolares e incorporación de los niños a colegios del sector, un chequeo médico para todos y atención psicológica para los menores, además de un trabajo estable para que puedan, lo antes posible, ponerse de pie.