Paula: "Lo primero que dijo fue ¿cómo salió Católica?"
Paula Sulantay, hija del mítico técnico que llevó a la Sub 20 al tercer lugar de Canadá, está feliz: Luego de una intervención quirúrgica a la carótida de más de dos horas, su padre salió victorioso del quirófano.
Apenas concluyó la operación, Paula se acercó al lecho de su taita convaleciente, recién devuelto del túnel, ese que no llega a la cancha. Y las primeras palabras para su hija fueron "Oye, ¿perdió Católica?".
"Me dio tanta risa, pero él es así, el fútbol es su pasión. De inmediato me preguntó cómo le había ido a Alexis Sánchez", contó la hija del Negro.
-¿Qué dijo cuando supo que a Alexis lo trataron como el asterisco?
-Lo encontró muy malo, pero que era algo comprensible dentro de todo.
-¿A tu papi se le pasa la mano con la pelotita?
-Imagínate, si el día anterior estuvo viendo Fox hasta las tres de la tarde. Puro fútbol. Lo fueron a ver los nietos y él pedía silencio, porque estaba mirando una entrevista a Batistuta.
-¿Chata?
-¿Tú no crees que con un papá así, una no tiene metido el fútbol desde chiquitita?
-¿Lo llamaron para decirle ¡fuerza Don Sula!?
-Mucha gente, hasta de Canadá lo llamaron. Le tuvimos que quitar el teléfono.
-¿Quieres que vuelva a la cancha?
-Nosotros lo apoyaremos. El fútbol es lo que más le gusta.
-¿Y si le da otra chiripiolca?
-Es que no fue por un tema tensional.
-¿Mucho chunchul con piscola diet?
-No, mi papá come muy sano y apenas toma malta. Los exámenes mostraron sus coronarias impecables y con el colesterol bajo.
-¿Entonces?
-Puede ser por herencia. Su mamá sufrió del corazón y eso lo puso triste estos días, porque ella, cuando se operó, le dijo 'voy y vuelvo', pero no pudo.
YO SOY LA CARÓTIDA DEL SULA
Hola. Yo soy la carótida derecha de Don Sula, la arteria que va por el cuello y lleva sangre a la cabeza, y he acompañado al Negro por 67 años, desde que era un coquimbano chico.
Lo vi meter goles en muchos equipos, como cuando ganamos esa Copa Chile allá por el '59. Después vinieron los tiempos como técnico, los éxitos y también las rabias. Cada vez que se envenaba, yo me hinchaba.
Es que el Sula no cachó que le llegó el viejazo y se creía el hombre nuclear. Yo, en cambio, estaba en un 90% tapada y la bencina no llegaba a la azotea. Por eso el doc Francisco Valdés entró a picar. Fueron dos horas en que me "liposuccionaron", me limpiaron la tubería y quedé como de 15, listita para seguir en las canchas.
David Reyes S.
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