Que sí quede huella: el drama de los que la pierden

Estudio demostró que el paso del tiempo es clave en la desaparición de las huellas dactilares, lo que acarrea problemas para realizar varios trámites que las requieren. Y ojo, que esto afecta a gente de otras edades, pero muchas veces también es por causa de la deficiente tecnología que se usa.

Hay partes de nuestro cuerpo que nacen y se van al cajón con nosotros. Pero, también hay otras, como por ejemplo el pelo y las huellas dactilares, que con el paso del tiempo, cambian mucho y hasta desaparecen, generando varios problemas.

Por ejemplo, los peritajes forenses para identificar un fallecido o el simple trámite de comprar un bono de atención médica, se dificultan demasiado, porque con el desgaste de los años, la huella dactilar se desdibuja de los dedos.

Sin huella

Una investigación realizada por la Facultad de Medicina y Ciencia de la Universidad San Sebastián (USS) reveló que un 48% de los adultos mayores, residentes en hogares de acogida de Santiago, no presentan dactilograma, es decir, crestas y surcos de la superficie cutánea en dedos, palmas de manos y/o plantas de los pies.

Los investigadores de la USS analizaron la presencia o ausencia del dactilograma en 487 ancianos residentes en los hogares de la Fundación Las Rosas, en Santiago.

Las edades de los entrevistados oscilaron entre los 55 y 100 años. A ellos se les sometió a una prueba de revisión de las huellas dactilares de sus manos con una lupa, y el estudio demostró que a los 82 años, el 25% de las personas no presentaron dactilograma perceptible.

Además, y a medida que aumenta la edad, este problema se acentúa, ya que a los 95 años, el 75% había perdido completamente su huella dactilar.

No es para siempre

Para el académico de morfología de la carrera de Medicina de la U. San Sebastián, Juan Luis Silva, esto demuestra que la huella dactilar no es inalterable, como se describe en la literatura relacionada a la dactiloscopia y criminalística.

"Existe el mito de que la huella dactilar no envejece, y eso no es así. El cuerpo diariamente envejece. La huella se va desvaneciendo hasta que desaparece y también porque aparecen otra líneas, llamadas seniles, que cortan a las primeras y, por ende, el patrón dactilar aparece surcado", explica el especialista en identificación humana.

Si bien el sondeo señala que la perdida de la huella dactilar está presente en las personas de la Tercera Edad, también hay otros grupo etáreos, como los niños, que pueden presentar problemas al registrar sus huellas, por ejemplo, al momento de sacar la cédula de identidad.

"En el caso del niño, la cantidad de líneas es la misma que la de un adulto, pero en un área menor, por ende las líneas están mucho más juntas y son más delgadas. Si la máquina no tiene la resolución suficiente, es netamente un problema técnico", aclara el experto.

En el estudio se observó, además, que la edad mínima en la que se desvanece la huella dactilar es a los 63 años en el caso de las mujeres, y a los 66, en los hombres, demostrando que las mujeres son más propensas a la pérdida del dactilograma (51% muestra), que los hombres (37%).

Una solución: el registro de ADN

Para el académico de la USS, Juan Luis Silva, es fundamental que los organismos gubernamentales entiendan que es necesario desarrollar, para la población que es susceptible a perder su identidad, un segundo sistema de identificación, semejante al dactiloscópico y que también, dependa del Registro Civil.

"La idea es respaldar la identificación de las personas a través de su ADN, para que en casos tan trágicos como el incendio que afectó hace pocos días el hogar de ancianos en Chiguayante, la identificación de las víctimas sea más rápida y fácil, o incluso sirve mucho para identificar a aquellos abuelitos que sufren demencia senil y se pierden cuando salen a la calle", suguiere Silva, autor del estudio.

Según el experto en morfología e identificaión humana, a todos los ciudadanos, a partir de los 60 años, que deban renovar su cédula de identidad, se les debería tomar el registro genético.

¿De qué manera? "Se extrae con un 'cotonito' saliva de la boca, para después realizar el proceso respectivo.

Esto permitiría tener un segundo registro que permita la filiación de una persona. Si no se hace, es simplemente por un tema económico", cierra el experto.

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