"Sayayín" cambiará el reggaeton por tiyible cueca canera

Con un llamado a los pokepadres a vigilar de cerca el comportamiento de su pokehijos, porque la modita no es tan inocente como parece, finalizó ayer en el Tribunal de Garantía de Melipilla el control de detención del líder de la tribu local, Jonathan Espinoza Corvalán (20), alias "Súper Sayayín".
A pesar de sus tremendos poderes y de la cantidad de energía acumulada durante la audiencia, "Sayayín" se notó achacado cuando fue formalizado por la violación impropia de la estudiante de octavo año T.P.M. (13).
Por este delito el "ídolo juvenil", que quedó en prisión preventiva, arriesga una pena que parte en los 5 años y un día.
La "transformación" de la niña en mujer por efecto de la sobrecarga energética de "Sayayín" ocurrió en la mañana del domingo, en el baño de la casa del personaje.
Espinoza no es un sayayín, cualquiera, como Gokú, que fue enviado a la Tierra desde el planeta Veyitaal para dominar a los humanos. El "Sayayín de Melipilla" se gana la vida vendiendo cidís piratas. Fue detenido en San Pedro con 88 discos, por lo que también fue formalizado por infracción a la Ley de Propiedad Intelectual.
El caso comenzó a ser investigado cuando las pokemadres de T.P.M. y F.C.A. interpusieron una denuncia por presunta desgracia, luego de que en la mañana del sábado descubrieron que las niñas no habían dormido en casa.
Las prepúberes se habían arrancado a participar en un baile pokemaníaco donde chuparon chela hasta quedar con cistitis. Ambas estaban loquitas por "Súper Sayayín". "Es buen mozo, lindo y muy famoso", declaró una de ellas a la poli.
Lo que pasó pasó y las estudiantes fueron encontradas el lunes deambulando junto al detenido. En el hospital primero y luego en el SML se constató que T.P.M. ya no era doncella, por lo que el médico denunció el hecho y comenzó la caza del perjudicador.
Al final de la audiencia el fiscal Nelson Cajas puso el dedo en la llaga: "Este caso muestra los estilos de vida de estos movimientos. Hemos visto que tras el ponceo vienen el sobajeo y luego, derechamente, las relaciones sexuales, como una práctica de pertenencia al grupo. En este caso existe una especie de ofrenda hacia el líder natural. Así las cosas, cualquier padre debiera tener muy presente que los valores que se estiman como válidos entre los pokemones son muy distintos a los que tenemos en la sociedad en general. Besarse, sobajearse o tener relaciones sin conocer el nombre de la persona que se tiene al frente es una práctica que, al parecer, no resulta denigrante al interior de este movimiento".
Manuel Vega O.
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