Sicosis en Copiapó por desaparición de tres jóvenes

Las policías recorren el desierto en busca de dos menores y una adulta. Familiares señalan que un colectivero estaría involucrado.

Sin noticias positivas continúa la búsqueda de Catalina Álvarez Godoy, de 16 años, quien la noche del sábado 23 de junio salió a juntarse con una amiga en Copiapó, en la Región de Atacama. Ese día se le perdió el rastro y su familia no ha descansado para hallarla.

"La extrañamos mucho, sobre todo su hermana chica, que pregunta todos los días por ella. Esa noche la Cata me dijo que se iba a juntar con una amiga y le di permiso, pero después me entero que se había ido a una fiesta. Le dije que se viniera y ella se venía en un colectivo en el sector de Paipote", señaló a La Cuarta Ximena Godoy, madre de Catalina.

La mujer la espero despierta, y al ver que no llegaba, la volvió a llamar. "Me responde llorando y me grita que está amarrada y me pide ayuda, pero luego se corta la llamada. Su amiga me dijo que la había dejado en un colectivo. Esa misma madrugada fui a dejar la constancia por presunta desgracia", agregó Ximena.

Ayer se informó que un recolector de basura pilló documentos de Catalina en el sector de Camino Internacional. "Se trata de su cédula de identidad, su Cuenta Rut y una foto de su hermano", dijo su mamá.

Otros casos

Lo ocurrido a Álvarez Godoy no es aislado en la zona, ya que otros casos tienen con sicosis a Copiapó. Se trata de Marina Cabrera (24) y Tanya Aciares (14). La primera es de origen boliviano y desapareció en febrero último luego de dejar a su hijo en una escuela de verano. A Aciares se le vio por última vez el 19 de octubre del año pasado, cuando regresaba a su casa en un colectivo.

"Hemos estado haciendo recorridos desde el último lugar donde viajaron las jóvenes por presunta desgracia, y también otros sectores que conforman la planificación que los equipos de búsqueda por su experticia nos van a sugerir. La fuerza de tarea que se ha creado acá en Copiapó no tiene fecha de término y seguimos trabajando 24/7", contó el comisario Alfredo Espinoza Rojas, jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI de Copiapó.

La búsqueda continúa, y varias organizaciones sociales se han movilizado para que las autoridades le pongan más recursos a la búsqueda de estas jóvenes y que no sigan ocurriendo casos similares.

El caso de Alto Hospicio que terminó con Julio Pérez Silva preso

Como el "Segua" era conocido Julio Pérez Silva, quien durante 1998 y el 2001 asesinó y violó a catorce jóvenes de entre 14 y 23 años en la comuna de Alto Hospicio e Iquique, en la Región de Tarapacá. Este colectivero ofrecía a sus víctimas llevarlas gratis en su vehículo y luego de ganarse la confianza las amenazaba con un cuchillo y las llevaba a lugares aislados, donde las atacaba sexualmente y luego las golpeaba hasta la muerte.

Las familias de las víctimas hicieron las denuncias respectivas; sin embargo, la respuesta de las autoridades de la época era que habían abandonado su hogar voluntariamente para escapar de la pobreza, cosa que ellos descartaban. La suerte de Pérez Silva llegó a su fin luego que volviera a atacar a una joven identificada como  Bárbara Núñez. Tras violarla y golpearla la abandonó pensando que estaba muerta, pero la víctima sacó fuerzas de flaqueza, se levantó y pidió ayuda. Esa misma noche del 4 de octubre del 2001, el Segua fue detenido y confesó cada uno de sus crímenes y los lugares donde arrojó los cuerpos.

Actualmente el denominado psicópata de Alto Hospicio cumple una condena de cadena perpetua en el penal de Colina 1, donde se ha intentado suicidar en dos oportunidades.

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