El costo mental de enfrentar el "Súper Lunes": tips y recomendaciones

Este lunes el 65 por ciento de los alumnos vuelven a clases, considerando educación preescolar, básica y media. Lo que equivale a 784 mil estudiantes de 1.348 colegios que salen a las calles a la misma hora, ya sea a pie, locomoción colectiva o autos familiares.

Y no calles como las vistas en enero o la medianía de febrero, no. Se trata de vías atestadas, de bocinazos, de señales frenéticas de "arañitas muertas", "mangas cortadas", "dedo medio levantado" y alusiones completas a las familias de los conductores.

Ese es el frenesí del "primer día real" de marzo, ese que volveremos a repetir a lo largo del año. Y más allá de las condiciones materiales de la vida, mucho de esa alocada jornada inicial está en nuestra mente y nos pasa la cuenta no sólo a bordo del Metro, un bus o cubículo motorizado, sino que en las aulas y en los trabajos.

El drama de trasladarse

Si vamos en el auto y con chicos a bordo para dejar en el colegio, el promedio de desplazamiento es de 40 minutos en rutas que antes de marzo se hacían en menos de la mitad de tiempo y, según el experto en movilidad sustentable Hernán Silva, "el 70% corresponde a viajes que no superan los tres kilómetros de distancia".

Ese problema es cuantificado como "un 25% más de vehículos en las calles", según Franco Basso, académico de Ingeniería e investigador del Observatorio de Movilidad Urbana de la UDP. Es decir, "si antes teníamos cuatro autos en las vías, ahora tendremos cinco… Y eso en redes congestionadas y con la capacidad vial que tiene Santiago es importante".

Pero no todo es desplazarse en el auto, también se presenta el fenómeno de la saturación en el Metro, principal medio de transporte. Si bien el traslado no ha bajado ostensiblemente en verano, a partir del 5 de marzo se espera que se retome la cantidad de pasajeros previa al período estival: sobre 2,5 millones al día, con una saturación de 6,7 personas por metro cuadrado.

Tal vez el menor castigo físico y psicológico esté en el Transantiago, aunque igual tendrá una alta demanda, por lo que sus operaciones aumentarán en un 10%, según informó el Ministerio de Transporte la última semana de febrero.

Colegio y trabajo

Pero el llamado "Súper Lunes" no sólo se siente a nivel de transporte, sino que tiene sus repercusiones en ámbitos como la vuelta a clases, al trabajo y la rutina familiar.

En el caso de los escolares, "el desgano y la desmotivación están estrechamente relacionados con las quejas somáticas que los alumnos son capaces de verbalizar. Entre estas, se puede mencionar la rabia, la ansiedad, la frustración, el insomnio, el cansancio y diversos dolores", afirma la psicóloga infantil Scarlett Escares.

¿Y los adultos? Éstos, en cambio, ven sobrecargada su agenda porque deben enfrentar sus traslados en calles atestadas y, si tienen hijos, suman el desplazarse a los colegios en esas mismas vías, eso si no tienen contratado un furgón escolar. Y todo aquello sintiendo aún el rigor de "la pega". Es el infierno en la tierra.

"Volver a ese lugar de estrés siempre va a afectar de alguna forma, porque es todo un proceso en el que tienes que retomar las distintas aristas de la vida, la rutina laboral, la familiar y la conyugal", sostiene el psicólogo Francisco Flores.

En líneas generales, el drama se vive en varios planos, pero hay salida, existen formas de enfrentarlo de la mejor manera, como levantarse más temprano, planificar los viajes en vías alternativas, utilizar el cuerpo para desplazarse si se tiene como destino un lugar a 20 minutos de caminata, usar bicicleta.

Y si quiere evitar o aminorar el impacto del "regreso", recordar lo positivo de las vacaciones, ver la oportunidad del reencuentro con las amistades en la escuela o trabajo. Todo lo que sirva para hacer más llevadero este lunes, que es un preludio antes del siguiente, cuando se agregue el retorno masivo de los universitarios, por lo que aún queda tiempo para habituarse al cambio y planificar hasta fin de año.

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