Cansado ya de la bola de nieve que comenzó a crecer gracias a la buena memoriade la ex ministra de Justicia Mónica Madariaga, el candidato presidencial de la Alianza, Sebastián Piñera, intentó ayer dar por cerrada la polémica por su actuación en la quiebra del Banco de Talca, en 1982, y las tres semanas que se mantuvo prófugo de la justicia hasta que la Corte Suprema le dio la prueba de la blancura.

Claro que a Tatán no le fue nada de bien en el intento dar vuelta la página, porque otros actores de la misma teleserie se encargaron de mantener viva la llama del escándalo.

Si hasta su hermano José, ex ministro del Trabajo del régimen militar e inventor de las AFP, le tiró las orejas a través de su página Twitter: "Sebastián Piñera y Rodrigo Hinzpeter también han atacado en lo personal a Eduardo Frei, lo que es injusto. Basta", escribió el hombre por la web, aunque sigue insistiendo en que  nunca hizo gestiones para evitar que Sebastián se fuera en cana y que jamás habló con la Madariaga.

RÉPLICA

También otro personaje intervino en la polémica. Fue el ex presidente del Banco Central, Carlos Massad, quien en 1982 era presidente del Banco de Talca.

Al igual que Piñera, también estuvo en la mira de la justicia y el ministro Luis Correa Bulo dictó orden de detención contra ambos.

"Los dos estuvimos en el mismo juicio, pero la reacción fue bastante diferente, mi actitud en la vida ha sido siempre dar la cara", dijo Massad, al refregarle a Piñera que se escondió para no ir preso.

Y como guinda de la torta, su señora, Cecilia Morel, también sacó el habla  contó que ella nunca supo dónde se encaletó Tatán. Dijo que detectives registraron toda la casa y su oficina y no lograron encontrarlo.

"Hoy, casi 30 años después y con muy mala leche, algunos tratan de revivir esa injusticia, que le causó a mi mujer, a mis hijas, a mi familia y a mí mucho dolor. Sin duda lo pasamos mal", se quejó el Seba.

Y mientras acusaba a Frei de "lanzar una campaña sucia", el senador PS Camilo Escalona sugirió que los 240 millones de dólares que se perdieron por la quiebra del Banco de Talca podrían ser la base de la fortuna de Tatán.