Manifestantes usaron cuerdas para botar el busto del conquistador español y a Caupolicán le colgaron la imagen de Diego Portales. "No hay que quedarse solo en ese hecho, existe una razón, algo más profundo", reflexionó Tito Fernández.
Chile entero despertó. Esa es la frase que más se repite para explicar el estallido social que ya lleva casi dos semanas y que se ha manifestado a través de marchas pacíficas, carteles, familias, canciones, banderas, saludos a Karol Dance y cacerolazos. Sin embargo, el movimiento también ha atraído a una minoría que causa destrozos, saquea e incendia.
La cuestión es que estas realidades se han visto en todas las regiones, teniendo como grandes focos, además de Santiago, a Antofagasta, Valparaíso y Conce. ¿Y Temuco, que históricamente ha sido la imagen de la rebeldía y búsqueda de justicia social? También se ha expresado apaciblemente, pero la calma terminó ayer.
Resulta que entre las calles Balmaceda y Caupolicán, un grupo que acudió a las movilizaciones convocadas por distintas comunidades Mapuche derribó el busto de Pedro de Valdivia provisto solo de cuerdas, mientras que otros botaron la estatua de Diego Portales y colgaron una bandera en la figura de Arturo Prat Chacón.
Luego de aquello, empezó a viralizarse la imagen del monumento a Caupolicán, que tiene 2,5 metros de alto y es de bronce fundido, supuestamente con la cabeza de Pedro de Valdivia en una de sus manos, generando diversos comentarios en Twitter. "El líder mapuche lo hizo, aunque en la otra vida", fue una de las reflexiones. Eso sí, el rostro era de Portales.
"El comportamiento de la comunidad en las manifestaciones se ha caracterizado por ser masivo, pacífico y familiar. De todas formas se han registrado algunos incidentes violentos, con destrozos y daños en la vía pública de un monto cercano a los 200 millones, lo que es visto con preocupación por las autoridades", informó durante la tarde el Municipio de Temuco.
Empatía
A raíz de estos desmanes, Rosemberg Salas (el papá del 'Matador'), fue consultado por este medio debido a los incidentes en su ciudad, pero se excusó argumentando que "no me voy meter, no quiero pelear con nadie. Era algo que no se había visto, así que menos opino".
Quien sí lo hizo fue Tito Fernández, "El Temucano", que entiende las demandas de su pueblo. "En el fondo nosotros estamos desinformados, no sabemos lo que pasa. La realidad está allá. No vi esas imágenes, pero me parece que hay manos que se aprovechan de la situación", contó.
-¿Se podría entender como rabia contenida?
Claro, uno no ha vivido lo que les pasó, es difícil entenderlo. Existe una razón, no hay que quedarse solamente en que se bota una estatua, hay algo mucho más profundo. Falta empatizar. El sentimiento de La Araucanía es diferente.
- ¿Y se acabará ese dolor?
La idea es que termine, pero lo veo difícil. Han sido demasiados años, no estamos hablando de 30 años, sino 500.
