Crónica

Teodoro Ribera: "Hay que lograr que el pato malo salga bueno de la cárcel"

"Cuando un Presidente llama uno entiende que tiene que estar dispuesto a asumir responsabilidades y dejar de lado la comodidad que puede tener en la vida privada", aclara de entredita el nuevo y hasta ahora poco conocido ministro Teodoro Ribera.

El titular de Justicia asumió en julio - en el último cambio de gabinete - y quedó a cargo del cachito de renovar la realidad canera del país, por lo que en un recorrido por la cárcel de mujeres de San Joaquín contó a La Cuarta su visión del tema penitenciario.

"Yo creo que después que murieron 81 personas en San Miguel, Chile se conmovió. La gente está empezando a entender que es preferible reeducar, reinsertar, que solo condenar", reflexionó Ribera.

"Porque si uno condena tiene un cheque a fecha. Ese cheque algún día se va a ejecutar y ese malandrín algún día saldrá a la calle igual o peor de lo que entró", explicó el ministro.

- ¿Cuál es su desafío?

- Chile tiene una gran deuda con el sistema penitenciario. Tenemos que hacer que las cárceles no sean una escuela del delito, sino que una de la reeducación y la reinserción. Por eso estamos trabajando para construir nuevos centros penales de educación y trabajo. Si nos preocupamos de eso vamos a trancar la puerta giratoria. Preocuparse de las cárceles es preocuparse de la seguridad pública.

- La gente reclama que la policía los pilla y los jueces los sueltan altiro...

- Los jueces se mandan solos, el Gobierno no los puede mandar. Así que tenemos que seguir mejorando las leyes, fortalecer el Ministerio Público para que tenga mayor capacidad de ejercer las acciones y, por otro lado, hacer que las cárceles no sean escuelas del delito.

Si fortalecemos el Ministerio Público, los malandrines van a ir presos. Y si por otro lado mejoramos las cárceles, esos malandrines van a ser menos malos a futuro. Así vamos trancando la puerta giratoria, ese es el circuito.

- ¿Está de acuerdo con los fiscales? Piden más personal.

- Yo creo que es necesario incorporar más gente, pero necesitamos saber para qué está la gente. Igual que un entrenador: no van y le pasan la chequera del equipo. Él dice qué es lo que quiere, se discute y dice cuáles son los jugadores y dónde van a jugar. Le preguntan si quiere ser campeón, estar en la mitad de la tabla o impedir el descenso. Según el lugar donde esté se le meten más o menos lucas y se concuerda con él. Eso es lo que queremos hacer con el Ministerio Público.

-¿Vienen más cárceles?

- Durante este Gobierno queremos aumentar las plazas penitenciarias en unas 8 mil a 10 mil. Eso significa ampliar penales existentes, poner en marcha los penales de Antofagasta y Concepción, y además echar a andar la construcción de 4 nuevos penales.

Lo importante son las plazas, porque si tenemos más plazas en buenas condiciones, y damos mejores condiciones de dignidad a los presos, podemos hacer mayores labores de reeducación y reinserción. Pero no que después de meterlo en cana, y que se ha gastado en él entre 250 y 550 lucas al mes salga peor de lo que entró. Lo que tenemos que lograr nostros es que el pato malo salga bueno, o salga menos malo. Es muy caro no hacer nada.

Lo pasa mejor en un cocimiento que en un cóctel muy refinado

"Soy un chato común y silvestre, que tuvo la posibilidad de estudiar en la Universidad de Chile, que luego se fue a estudiar al extranjero un doctorado en Derecho y que después volvió a buscar a su polola y se casó con ella", se define este abogado, taita de 4 retoños.

"Lo paso mejor en un cocimiento campesino que en un cóctel muy refinado", confiesa el ministro, que por su pega tiene que ir a harto evento fifí.

Bueno para el diente y amante de la chelita, don Teo asegura que su mejor relajo es salir a acampar en familia donde el diablo perdió el poncho, "cuando la única preocupación del día sea levantarse y ver quién hace el fuego".

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