Tuvieron que huir a Chile por Maduro y su homofobia: la historia de Rafael y Jose, los primeros extranjeros gays en casarse

Ambos se conocieron en 2010 y al poco andar decidieron iniciar una relación. Sin embargo, en su país no contaban con leyes ni protección para vivir la vida que soñaban. Lo intentaron aquí, en nuestro país, desde 2017, y el pasado 11 de marzo concretaron uno de sus anhelos.

“Nosotros siempre quisimos casarnos. De hecho, marchamos muchas veces en Venezuela para lograr el matrimonio igualitario, pero no se ha podido hasta ahora”.

Rafael Lozada tiene 51 años y conoció al amor de su vida, Jose Adonay, de 42, en Caracas, el 2010. Los presentó un amigo en común y se enamoraron en el acto, o como suele decirse, a primera vista. De hecho, no existió el protocolo habitual que adorna esta clase de relaciones; el de conocerse, ir de a poco, intentarlo a pasitos cortos. Por el contrario, en el caso de ellos, se fueron a vivir juntos casi inmediatamente, y aunque reconocen que fue apresurado, de algún modo, funcionó.

“Cuando lo vi, efectivamente dije qué iba a ser el hombre de mi vida, porque me encantó la forma de cómo es él, su preocupación por sus hijas, su responsabilidad con su madre, con su familia y los valores que tenía”, explicó Lozada en conversación con Infobae.

Pero claro, tenían un problema no menor. El amor no parecía suficiente en un lugar como Venezuela. A la crisis económica y social que se vive allá, escenario que ha obligado a miles de sus compatriotas a salir en busca de una mejor calidad de vida, a buscar otra opción en el exterior, se sumaba, casi como un elemento decidor, que el régimen no cuenta con leyes en materias como identidad de género, ni tampoco las protecciones antidiscriminatorias básicas, por lo que la comunidad LGBT+ venezolana suele pasarlo mal. Y acaso lo más importante para Rafael y Jose: tampoco existe el matrimonio igualitario.

Es por eso que, como tantos otros connacionales, en 2017 reunieron sus cosas y decidieron intentar rehacer sus vidas en otro país, y el destino escogido fue aquí: Chile. Y aparentemente se trató de un decisión acertada, dicen ahora, que consumaron su matrimonio, el sueño que compartían, convirtiéndose de paso en los primeros extranjeros en firmarlo apenas un día después de que entró en vigencia la ley del matrimonio igualitario.

Fue el 11 de marzo cuando se dieron el sí que tanto habían esperado. El mismo día que, en Valparaíso, Sebastián Piñera le cedía la banda presidencial a Gabriel Boric, el Presidente más joven de la historia, en un cambio de mando que se percibía como histórico. Mientras unos celebraban con esperanza en las calles el nuevo mandato, ellos dos, Rafael y Jose, tenían su propia celebración, la que tuvieron en standby por prácticamente doce años.

“Fue muy emocionante. Y nos tomó de sorpresa cuando nos pidieron que nos dijéramos unas palabras el uno al otro. Porque jamás pensamos que íbamos a tener que decirnos algo, no estábamos preparados”, es parte del recuerdo que conmueve todavía, habiendo pasado apenas dos meses, a Lozada.

En tanto, Adonay fue todavía más contundente: “Me sentí finalmente parte de esta sociedad. Sentí como mi derecho a existir en esta sociedad se estaba cristalizando. Porque ese había sido uno de los motivos por el cual nosotros habíamos huido de Venezuela, el hecho de que los derechos de la comunidad LGBT+ estén tan lejos de ser una realidad, entonces apreciamos aún más a Chile no solo por recibirnos sino por habernos dejado dar este gran paso”.

Aquí en Chile, en todo caso, la pareja sostuvo que, aunque no ha sufrido ningún maltrato homofóbico, sí han sentido en más de alguna oportunidad la xenofobia. Por ejemplo, Lozada recordó una vez que en la feria, una mujer les gritó fuerte y claro: “¡Váyanse para su país!”. “Le devolvimos unas frutas que evidentemente estaban en mal estado…, además nos tiró el dinero. Fue muy desagradable”, precisó.

Pero los buenos recuerdos predominan en sus memorias, “nos ha hecho sentir parte del propio país”, por lo que, explicaron a Infobae, “ahora estamos en camino para conseguir nuestra nacionalización”.

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