Un cobarde ataque en el último día de vacaciones: el crimen que inspiró la Ley Tamara

“Esta ley la inspiró aquel que apretó el gatillo y que murió menos de un mes después que nuestra hija”.

El 28 de febrero de 2021, luego de despedir el verano en una parcela familiar ubicada en Casablanca, Camila Almonacid y Tamara Moya, su hija de 5 años, retornaban a su departamento en la comuna de Huechuraba. Al día siguiente, la pequeña entraba a kinder.

Cerca de las 22.00 horas, a pocos minutos de llegar al domicilio, un auto les bloqueó el camino. Se trataba de una encerrona.

En cuestión de segundos, la mujer trató de reaccionar, retrocedió unos metros e intentó pasar por un costado. Sin embargo, todo cambió cuando dos sujetos armados se bajaron del vehículo y se acercaron a ellas.

De acuerdo a los antecedentes de la investigación, cuando Camila se disponía a bajar y entregar su automóvil, uno de los antisociales disparó por el lado derecho del auto hacia el asiento trasero. La bala atravesó el vidrio, entró al cuerpo de la niña y le quitó la vida.

La situación carecía de sentido. Segundos antes del crimen, la desesperada madre le rogó a los delincuentes que la dejaran sacar a su hija. Peor aún: una vez concretado el homicidio, los desconocidos se fugaron del lugar y no se llevaron nada.

“Es como si el tipo hubiese escuchado que iba la niña y fue para atrás y pegó un disparo a quemarropa”, explicó Raúl Moya, padre de Tamara, a La Tercera.

Foto: Camila Almonacid y Raúl Moya, padres de Tamara
Foto: Camila Almonacid y Raúl Moya, padres de Tamara

Crudo testimonio

Casi dos meses más tarde, Almonacid rompió el silencio y relató por primera vez el asesinato de su hija.

“Hay muchas especulaciones y yo sólo quería decirles cómo fue. También decirles que esto le pudo haber pasado a cualquier persona”, aseguró Camila Almonacid en Hola Chile.

“Yo, esa noche, había ido a dejar al pololo de mi hermana a su casa. Estaba en la casa de mis papás, había regresado con mi hermana, y se estaba haciendo tarde. Mi hija, al día siguiente, tenía su primer día de kinder y, por ese único motivo, decido no quedarme en la casa de mis papás y venirnos a nuestra casa. El camino siempre era el mismo”, detalló.

Además, contó que “nuestra casa estaba muy cerca y llega un punto en el que estoy hablando con mi hija, que se quería quedar en el jardín, e igual uno como mamá va mirando que se vaya quedando dormida”.

“No vi en ningún momento que se hayan cruzado (los delincuentes), eso lo vi después en un video. Y al momento de tenerlos al frente, intento retroceder, sólo porque tenía el auto en frente, ellos no se habían bajado”, recordó.

Luego, Camila rememoró el momento exacto de homicidio: “Se bajan dos tipos. Sé que había uno más que estaba conduciendo. El que se bajó por el lado derecho estaba apuntándonos. Yo le digo que tengo una niña y empiezo a levantar las manos. Le digo que tenía a mi hija, que me dejara sacar a mi hija. Yo no estaba retrocediendo. Cuando veo que estaba apuntando a mi hija, yo dije ‘la tengo que sacar, pero si me bajo, se la pueden llevar en el auto’, fue lo único que pensé en ese momento. Me doy vuelta, estiro la mano para desabrochar su cinturón, y en ese momento el tipo le dispara. Y yo veo como la bala entra al cuerpo de su hija. Yo en ese momento dije ‘me la mataron’”.

“Yo sé que ella murió apenas recibió el disparo, porque yo la vi, yo lo sentí en mi corazón. No tuve ninguna esperanza de que ella se fuese a salvar. Y, entonces, los vecinos al ver esto, me llevaron a un centro de asistencia. Eso fue lo más duro, porque no pude estar con ella, no te dicen qué pasa. Yo sabía que estaba muerta, pero necesitaba que me lo dijeran”, añadió.

Finalmente, Camila Almonacid aseguró que “cuando te dicen que la bala era mortal y que no había manera de salvarla, uno ya no vive, uno se va con ella”.

Foto: Camila Almonacid
Foto: Camila Almonacid

Asesinos

Apenas corría una semana desde el crimen de Tamara cuando Raúl Moya ya daba pistas sobre la identidad de los presuntos responsables.

Públicamente, el padre de familia dijo conocer al asesino de su hija y pidió que se entregara a las autoridades.

“Yo sé quién asesinó a mi hija, sé su nombre, vi su cara y sé dónde vive su familia”, dijo el hombre entrevistado por Meganoticias.

“El único motivo por el cual no lo hago público es porque sé que ya está escondido como una rata, que no está en su casa y hay mucha gente que clama justicia y quiere hacer justicia por su cuenta”, agregó.

Asimismo, advirtió que “si yo hablara, se desataría el infierno en ese lugar”.

“No quiero que los tres asesinos de mi hija vuelvan a hacerle esto a nadie más, porque el dolor es demasiado y no se lo deseo a nadie”, señaló.

Finalmente, expresó que “nosotros tenemos que salir a luchar por nuestra hija, por justicia. Yo sé que nada nos va a devolver a Tamara, pero así mismo también sé que esta clase de animales no tienen remedio y están dispuestos a hacer lo mismo una y otra vez”.

Foto: Raúl Moya
Foto: Raúl Moya

Respecto a los criminales, Raúl Moya confesó a LT que recibió una serie de mensajes anónimos que delataban a quien habría jalado el gatillo. Incluso le llegó una imagen del antisocial. “Cuando vi la foto, tuve el sentimiento más normal posible: ganas de matarlo con mis propias manos”, reconoció.

Lo cierto es que el 26 de marzo de 2021 todo comenzó a esclarecerse. A través de Instagram, el propio padre de Tamara publicó una serie de imágenes muy fuertes donde se aprecia un cuerpo herido a balazos. Según el mensaje que acompañó su publicación, el cuerpo corresponde a Luis Rojas, a quien se sindicaba como el asesino de Tamara.

“¿Qué pachó Luchito? Ahhhh, parece que era verdad que cuando el otro devuelve los balazos ya no eran tan choros. ¿Y tus compañeritos dónde están? Escondidos, salieron arrancando como las ratas que son y te dejaron botado como la mierda que eres”, escribió Moya.

Luego agregó: “Tengo más fotos de este angelito, pero ¿sí o no que así se ve bonito? Aún no muere, está en riesgo vital en el (Hospital) Félix Bulnes por si quieren mandarle flores o visitarlo. Para que no quepan dudas, este es el bastardo que mató a mi hija”.

Posteriormente, se confirmaría el deceso del adolescente de 16 años que fue baleado por un carabinero de civil que repelió el robo de un vehículo en la comuna de Pudahuel.

Condenas

En abril de 2021 se detuvo a Alan Gallardo Vilches y a P.A.V.J. (17), apuntados como los otros dos responsables de la muerte de Tamara Moya.

El viernes 17 de junio de 2022, a más de un año del crimen, la justicia dio a conocer las condenas: mientras que Gallardo Vilches deberá cumplir una pena de presidio perpetuo calificado y recién podría solicitar algún beneficio penitenciario luego de 40 años, el menor de edad tendrá que pasar 10 años de internación en régimen cerrado.

“Finalmente te cumplimos hijita. A pesar de este dolor tan grande que llevamos en el alma nos mantuvimos de pie y conseguimos justicia en tu nombre”, expresó Raúl Moya en sus redes sociales.

Ley Tamara

Junto con la búsqueda de justicia, los padres de Tamara Moya iniciaron una cruzada para impulsar la Ley Tamara. El objetivo de la iniciativa es agravar las penas por delitos cometidos contra niños y niñas.

En medio de la campaña, distintas figuras públicas y políticas mostraron su apoyo y se sumaron a una serie de manifestaciones por distintos puntos de la capital.

Esta semana, a un año y medio del crimen que remeció al país, la Cámara de Diputados y Diputadas despachó a Ley de la República el proyecto. Durante su última votación, contó con 116 a favor, tres en contra y 16 abstenciones.

Cabe destacar que el texto también incluye en el listado de circunstancias agravantes los delitos que sean en contra de una víctima menor de 18 años, un adulto mayor o una persona con discapacidad. A su vez, en ciertos casos elimina el rango menor de penas o establece aplicar grados superiores en delitos mayores.

Apuntó a delincuentes

“Ahora solo falta la firma del presidente Boric para que se transforme en ley de la República. Si bien la ley lleva el nombre de nuestra hija, es en memoria de tantos niños que han sido arrebatados de esta mundo de las formas más brutales que alguien se pueda imaginar. En nuestro caso la justicia dio el máximo de las penas, pero lamentablemente esa no es la tónica, es la excepción más que la regla y cómo siempre he dicho mi hija no merecía ni más ni menos justicia que cualquier otro niño”.

De esta manera, Raúl Moya reaccionó a la decisión del Congreso. De paso, apuntó a los delincuentes involucrados en el crimen de su hija.

“Esta ley la inspiró aquel que apretó el gatillo y que murió menos de 1 mes después que nuestra hija cometiendo el mismo delito con el que le quitó la vida a ella. También la inspiró el Papi Chulo, que cuando participó en el homicidio de nuestra hija llevaba poco más de 2 meses en la calle. Evidentemente la vez anterior no estuvo encerrado el tiempo suficiente para aprender. Esta vez tendrá tiempo más que suficiente para escarmentar. Entró a la cárcel siendo el Papi Chulo, saldrá siendo el Tata Chulo”, agregó.

Asimismo, recordó al Mono Pipe: “Una clase de excremento del peor olor. En la calle se creía el más malo de todo y ahora que le toca pagar, en vez de agradecer la condena irrisoria que le toca por haber sido menor de edad al momento del crimen ha hecho todo el escándalo posible desde que el viernes pasado le rechazaron el recurso de nulidad. Incluso trató de suicidarse, pero ni eso le resulta bien porque único que sabe hacer bien esta basura humana es dañar a los indefensos. Esta ley es para que al fin ninguna persona indefensa como lo era nuestra Tamara sea atacada impunemente”.

COMPARTIR NOTA