A estas alturas, el encierro obligado que generó el coronavirus hizo que muchas personas se familiarizaran con los llamados challenge o desafíos, que los más pequeños del hogar se pasan cumpliendo para ganar likes en redes sociales.

Sin embargo, la triste realidad dice que algunas veces estos retos resultan ser una grave amenaza para los niños. Es el caso del nuevo reto de "Jonathan Galindo", identificado por los cibernautas como el "hombre de la capucha", que al igual como lo hizo la "Ballena Azul", en el 2017, incentiva a los peques a realizar una serie de desafíos hasta llegar a exigencias peligrosas que podrían ser mortales, y que ya está siendo viral en Chile y el mundo.

Según detallan medios italianos, lugar donde se investiga el vínculo del reto con la muerte de un menor de 10 años (ver recuadro), el juego comienza a través de una solicitud de amistad que llega a las redes sociales, de parte de un perfil identificado como "Jonathan", que tiene la foto de un hombre disfrazado del personaje "Goofy", quien pide los desafíos.

Es este tipo de situaciones que desnudan la vulnerabilidad a la que están expuestos los menores en su constante uso de las redes sociales, y que para el director ejecutivo de la Fundación Nativo Digital, Pablo Christiny, es un tema que se debe tratar con urgencia.

"Estos retos, que buscan la autoflagelación, están basados en como los niños experimentan sus identidades, y ese es un tema del que tenemos que hacernos cargo, ojalá desde las políticas públicas, y que tiene que ver en como apoyamos a los niños en su proceso identitario, para que sean capaces de fortalecer su autoestima y no tengan que ir a buscar esas validaciones en el espacio virtual", señaló Christiny.

Confianza

Otro de los puntos relevantes es la forma en la que inicia el reto, y que evidencia los niveles de contacto que tienen los menores con desconocidos.

"En Fortnite, por ejemplo, el promedio de edad de los jugadores es de 29 años, eso quiere decir que hay personas incluso mayores jugando. En ese espacio la posibilidad de que un niño entregue información personal es muy alta, y lo hacen porque todavía tienen altos niveles de confianza en el espacio virtual, y somos los adultos los responsables de poner ojo", agregó Christiny.

La psicóloga de la UTEM, Daniela Rocha, señaló cuáles son las señales a las que los papis deben poner ojo para detectar cualquier conducta sospechosa en torno al uso del Internet. "Empezar a hacerlo en exceso o hacerlo sin dejar que nadie vea, cambios rápidos de ventana cuando alguien se acerca, aislamiento, se le ve más nervioso, cambios abruptos de conducta, ansiedad, cambios de humor y conductas de riesgo son sólo algunas", comentó Rocha.

En ese caso, la especialista aconsejó que "si esto ya está ocurriendo, hay que transmitirle al menor de edad que puede confiar en el adulto, haciéndole ver que es muy bueno que no se lo guarde y que no es su culpa lo que está ocurriendo; ayudarle a alejarse de la situación de riesgo, asegurándole que todo estará bien".