“Nunca vi una hueá tan blanca en mi vida”, opinó Solabarrieta, quien no paraba de reírse.
“¡Está loco, está loco este hueón, está loco!”, gritaba Fernando Solabarrieta hace un rato en Marca personal, el programa deportivo de la mañana en La Metro. Hablaba —¿de quién si no?— de Luka Tudor.
Y el exdelantero de Universidad Católica apenas se defendía. “¡Tú lo pediste, la gerenta lo pidió!”.
Solabarrieta estaba sobrepasado por las risas. Aseguraba que se trataba de un momento “maravilloso”. Luka, en cambio, buscaba formas de cambiar el tema.
¿Qué pasó? Para entenderlo, hay que retroceder la historia unos segundos.
“Es la prolongación de la espalda, es la espalda misma”, analizó Fernando Solabarrieta, vaya a saber uno por qué, el trasero de Luka Tudor.
Lo ayudó Oscar Garrido: “Es como una tabla”.
“Y blaaaanco”, concedió el periodista, “nunca vi una hueá tan blanca en mi vida”.
Entonces, cuando Tudor se excusaba, desde afuera alguien (una voz femenina) lo arengó para enseñar sus atributos, y él, siempre presto, no tuvo reparos.
Apartó los audífonos, se puso de pie, aflojó su cinturón, dio la media vuelta, se cercioró de que no se metería en problemas y, cuando le dieron el ok, bajó el jeans azul un poco más allá de lo recomendable. De pronto, por un segundo, ahí estaba una de sus partes más íntimas.
“¿Viste que este hueón me echa ficha? Oye, es natural, un potito blanco”, se defendió finalmente Tudor.
No hay mucho más que decir. Aquí el momento: