Atrás quedaron los tiempos de austeridad en el arbitraje nacional. Lo que antes podía suponer un problema para cada colegiado —hospedaje y comidas como consecuencia de los pobres viáticos— ya no es tema. Actualmente los jueces del fútbol nacional, acorde a la profesionalización de la actividad, perciben cifras muy superiores y con diversos beneficios.

De hecho, según publicó Las Últimas Noticias, el sueldo consta de varias partes. Es decir, hay un monto base, que aumenta por designación. Además, ahora, se le suman bonos por matrimonio o acuerdo de unión civil, maternidad, vacaciones o inclusive si son escogidos para dirigir en un Mundial.

En el primer escalafón, por cierto, se encuentran los árbitros con licencia FIFA: para ellos, como Piero Maza, Nicolás Gamboa o José Cabero por mencionar algunos, la remuneración base es de $1.800.000 mensuales. A ese dinero le suman $766.645 por encuentro dirigido.

Los árbitros de Primera División sin licencia FIFA, en tanto, tienen un sueldo base de $1.200.000, y a eso le pueden agregar hasta $226.865 por compromiso al que fueron asignados.

¿Jueces asistentes? La figura es idéntica: los certificados por el ente rector del fútbol perciben como base $1.087.500 y reciben otros $402.526 por cotejo. Los que no, $690.000 y $122.841 respectivamente.

¿Y qué ocurre con los que tienen la oportunidad de dirigir en instancias Conmebol?

Todos aquellos jueces que consiguen arbitrar encuentros de Copa Libertadores, Sudamericana u otro certamen continental, reciben montos únicamente por partido. En resumen, un árbitro con licencia FIFA recibe un monto de $2.800.000 por duelo, mientras que el asistente se embolsa $2.053.000.

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