La ruda aventura del "temucano" solitario en Mérida

A solo un minuto del final del partido entre Estudiantes de Mérida y Temuco, los locales vencían al elenco chileno por la mínima y amargaban su estreno en Copa Sudamericana, que de paso era el debut histórico en el terreno internacional. Un escenario que se rompió con el gol del empate de Alfredo Ábalos y que fue dedicado por el pequeño atacante al único hincha temuquense presente en la tribuna del Estadio Olímpico, de Mérida.

Se trata de Marcelino Mardones, un trabajador radial fanático del "Indio Pije" hasta la médula, que pidió permiso en la pega y emprendió una verdadera aventura para llegar hasta tierras venezolanas.

Claro, porque Mardones tuvo que tomar un avión de Santiago hasta Ciudad de Panamá y allá rebuscar por horas un vuelo que lo llevara a Caracas. Como son pocas las líneas que van hasta la capital venezolana, sólo agarró un asiento en "Laser", una modesta aerolínea local.

Parche histórico

Luego debió tomar un bus hasta Valencia, que pasó por Barinas y, gracias a Dios, tuvo como destino final la ciudad de Mérida.

Un periplo de 8 horas de vuelo, más la escala en Panamá, y de 12 en bus, en una autopista peligrosa entre montañas y controles de la Guardia Nacional Bolivariana.

"La verdad fue una aventura, pero estoy muy feliz por el empate. Y también por haber llegado. La cosa acá es bastante brígida, se ve mucha inseguridad, poco alumbrado público, carreteras en mal estado. Lo bueno es que no me tocó sobornar a nadie, porque un amigo venezolano me anduvo trayendo en su vehículo rumbo al estadio", contó Marcelino a La Cuarta, minutos antes de emprender el "rally" de vuelta a Chile.

- ¿Fue muy complicado encontrar vuelo a Caracas y bus a Mérida? Sí, porque como Copa Airlines ya no llega a Venezuela, me dejaron en Panamá y ahí tuve que buscar. No fue fácil, pero alcancé el penúltimo vuelo y después no habían más hasta el otro día.

- Al menos los jugadores y el club te reconocieron, llevaron al bus y te regalaron una camiseta por la fidelidad... Claro. Fue Rubén Farfán el que me dio una camiseta histórica, porque tiene el parche de la Copa Conmebol Sudamericana.

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