La soledad marcó las últimas horas de Salas en el camarín blanco

04/01/2019 - EN LA SALA DE PRENSA DEL ESTADIO MONUMENTAL, HABLO EL DIRECTOR TECNICO DE COLO COLO, MARIO SALAS. FOTOS: SEBASTIAN ÑANCO / LA CUARTA. MARIO SALAS SAIEG - DT - ENTRENADOR - CONFERENCIA DE PRENSA - PLANO MEDIO - GESTICULANDO - FUTBOL

El ahora ex técnico de Colo Colo recibió el sobre azul en su oficina e intentó revertir la decisión argumentando que estaba preparado para aguantar el chaparrón. Sin embargo, su despido quedó "cocinado" la noche del lunes y sólo fue ratificado de manera unánime por los patrones de ByN, en una reunión virtual que se realizó ayer por la mañana.

Apenas Curicó derrotó a Colo Colo en La Granja, la directiva de Blanco y Negro presente en el estadio se retiró del lugar.

Sólo el gerente técnico, Marcelo Espina, y el vicepresidente de la concesionaria, Harold Mayne-Nicholls, pasaron al camarín a despedirse de Mario Salas.

Una clara señal de lo que se concretó ayer al mediodía, pero que se fraguó en la noche del lunes. Todo comenzó en el regreso a Santiago, cuando el patrón de la sociedad anónima, Aníbal Mosa, se convenció de que Salas no podía seguir siendo el adiestrador del Cacique.

Decisión que comunicó de inmediato a sus acompañantes (Harold, Espina y Daniel Morón) y que conversaron en un conocido restaurante del sector alto de la capital.

Skype

Lo acordado en el centro gastronómico se mantuvo bajo siete llaves, hasta que Mosa logró comunicarse con el resto del directorio de manera virtual.

Esto ocurrió ayer en la mañana y la alta indemnización para el cuerpo técnico saliente (480 millones de pesos) no fue problema para lograr la unanimidad. Concretado el fallo, sólo faltaba comunicárselo al afectado. Y Mosa decidió que lo haría personalmente, pese a que el "Cabezón" tiene esa función en el organigrama de la institución.

"Creemos que era oportuno hacerlo ahora porque se nos vienen compromisos en marzo, Copa Libertadores y Campeonato Nacional. Era el momento para buscar un cambio y redireccionar al equipo", explicó más tarde el sureño. Palabras que también le dijo a Mario en su oficina y que el DT intentó revertir diciéndole que se sentía preparado para soportar este mal momento.

Conversación que terminó con la tajante frase del máximo accionista de Macul: "La decisión está tomada", le aseveró.

Entonces Salas sintió que no estaban siendo justos con su trabajo y con un enfado creciente, comenzó a arreglar sus cosas. Mario estaba solo. Sus ayudantes se enterarían minutos más tarde y todos juntos abandonarían la Ruca por una puerta lateral.

Atrás quedaban los 13 meses de trabajo y una estadística para el olvido (el torneo pasado lo dejó escapar en agosto, logró sólo una Copa Chile y ahora el equipo marcha a doce puntos del líder cruzado). Pero también en el recuerdo están las polémicas con varios jugadores referentes del plantel: la extraña salida de Agustín Orión, las peleas con Jaime Valdés (que terminó con el volante en La Serena) y la desvinculación de Jorge Valdivia.

Quizás por lo mismo, sus dirigidos no fueron a despedirse de él cuando se enteraron de la noticia. De hecho, todos prefirieron salir raudos en sus autos sin hacer declaraciones.

"No. Ellos no influyeron en esta determinación. Esto sólo lo ve el directorio y la única opinión que pedimos es a nuestro director deportivo, Marcelo Espina", enfatizó Mosa.

Había que bajar la tensión a un equipo que está a una semana de debutar en la Copa Libertadores (visita a Wilstermann en Bolivia) y que hoy está muy abajo en la tabla local.

"Tenemos palabras de agradecimiento para Mario; esperamos que le vaya muy bien y le deseamos el mayor de los éxitos", cerró la olla a presión el jerarca del Monu.

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