En un formato acaso más íntimo, como el que propone Rodrigo Sepúlveda en Te lo cedo, Alejandro Tabilo hizo una completa revisión de su trayectoria. Desde aquel recordado triunfo sobre Novak Djokovic en el Masters 1000 de Roma, el año pasado, y sus anhelos de asentarse en la élite del tenis, a sus asuntos con el peso cuando recién comenzaba.

“Jamás pensé entrar y ganarle a Djokovic de esa forma”, arrancó el zurdo, aún orgulloso. “Fue un momento que aún me cuesta caer”. ¿La receta? “Paciencia, estrategia y estar metido todo el partido”.

Ese partido, reconoció a continuación, propició un cambio de mentalidad: “Si le gané a Djokovic, puedo ganarle a cualquiera. Trato de darme esa confianza cada vez que entro a la cancha”.

Y, de cierto modo, le abrió el apetito.

“Mi sueño es llegar al Top 10. Estuve muy cerca el año pasado y me quedó ese gusto. Estoy trabajando con todo mi equipo y mi polola para lograrlo. Si uno no puede soñar en grande, ¿para qué hacer las cosas?”.

Pero meterse entre los mejores diez del mundo supone otra clase de sacrificios. “Dejar muchas cosas de lado”, por ejemplo. “Es una mentalidad distinta. Ellos van a los torneos pensando en ganarlos”.

Otro tema por resolver, en algún punto, fue el físico. El peso y la autodisciplina.

“Siempre fui el gordito”, sinceró, “llegué a pesar cerca de 100 kilos cuando vivía en Estado

s Unidos”. De modo que hubo que ajustar algunas cosas: “Me volví extremista: comía solo ensaladas y proteínas, corría todos los días. Bajé a 60 kilos y después estabilicé en 82, que es mi peso ideal”.

“Hoy sé cómo funciona mi cuerpo”, completó.

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