Debiera bastar el siguiente dato: es el ídolo futbolístico de Neymar. Pero si así y todo no fuera suficiente, para corroborar el talento que desplegó por años Robson de Souza, Robinho, puede decirse que en 1999, cuando era director de las inferiores del Santos, Pelé lo escogió su heredero. O que brilló en el Real Madrid, fue el primer gran fichaje del nuevo Manchester City y le sobró para triunfar en el AC Milan. O que, con nueve tantos en ocho partidos, es el brasileño que más hizo sufrir a la Roja.

Como sea, su complicidad con el balón pasó a un segundo plano una mañana de 2022, cuando fue condenado por un tribunal de Milán a nueve años de presidio por una presunta violación grupal perpetrada, contra una chica albanesa, el 22 de enero de 2013 en una discoteca de la ciudad.

Se solicitó su extradición desde Brasil, pero como las leyes locales no contemplan esto con un ciudadano nativo, cumple desde marzo de 2024 la condena en la cárcel de Tremembé.

La novedad, según reporta el periódico español Marca, es que el exdelantero se habría asociado a un compañero en el centro penitenciario para levantar un negocio.

En concreto, Robinho hizo buenas migas con el hacker Walter Delgatti —preso por corromper sistemas del Consejo de Justicia de Brasil— y juntos pretenden estrenar una casa de apuestas.

La estrategia pasa por el intento de transformar el régimen actual a una modalidad semiabierta. Lo último, mediante su intachable comportamiento en este período tras las rejas.

Robinho, incluso, el último tiempo tomó clases de electrónica, así que se pasaría las horas reparando televisores y radios en el penal.

Mira aquí los goles de Robinho a la Roja: