Dio los primeros pasos de su carrera a los 18 años en la Universidad de Chile. Rápidamente lo apodaron "Pinigol" tras acumular buenas actuaciones: se transformó en la esperanza de gol de los azules, pero también de la selección. Sus características en la cancha, hombre alto, fuerte por arriba, lo transformaron en algo así como el llamado a tomar la posta que había dejado Iván Zamorano. Su traspaso millonario al Inter de Milan (donde nunca jugó finalmente) alimentaba esa ilusión.

Una ilusión que de a poco se fue apagando. Incluso en algún momento se pensó que su carrera estaba enterrada, por qué no: consumida por el carrete. Tras un buen paso por el Sporting de Lisboa, acumuló pasos fugaces, discretos por decir lo menos, por el Racing de Santander, el Hearts de Escocia, un regreso a la "U", Vasco Da Gama y el Apollon Limassol de Chipre. De pronto, pasó de ser "Pinigol" a ser "Piniron". Algún atrevido incluso lo bautizó como el "Rey León", por las polémicas que sumó poco a poco en su paso por la farándula criolla.

Pero, cuando se creía perdido, revivió. Como "Pinibomber", en la B italiana, marcando fecha tras fecha en el Grosseto. Y luego en el Palermo, el Cagliari, el Genoa, el Atalanta y nuevamente el Genoa. Luego vino un nuevo regreso a la "U", donde pasó del cielo a la tierra y se fue peleado con todos. Los hinchas nunca se lo perdonaron. Se negó al retiro y lo intentó nuevamente en Coquimbo Unido, donde permaneció dos temporadas.

Hoy, Mauricio Pinilla dijo adiós. Decidió decir basta y colgar los botines. El delantero, recordado también por el maldito palo sobre el final de los octavos de final del Mundial del 2014, firmó este viernes su finiquito con el cuadro pirata, tras no poder superar una lesión en la rodilla.

Ya se conoce su futuro inmediato: según consignó La Tercera, el sanmiguelino alcanzó un acuerdo para trabajar en el canal ESPN. No será su primera vez, ya que en el Mundial de 2018 participó como comentarista en TVN. Su debut, esperan, se haría efectivo ahora cerquita, en marzo.