Todo lo bueno que había hecho el Aston Villa hasta entonces, al filo de la primera etapa, cuando se jugaba el primer minuto de propina, no sirvió para nada.

Porque pasó lo siguiente: presionado por Cody Gakpo al borde del área grande y sin una opción clara de pase, el zaguero español Pau Torres resolvió tocar atrás con su arquero, Emiliano Martínez, y empezar de nuevo, pero el argentino se apresuró y en su intento por devolverle el esférico, se la sirvió en bandeja a un Mohamed Salah que no tuvo más que darle un pase a la red para abrir el marcador.

De ahí en más, el Liverpool, que había sido superado desde el inicio, se las arregló para administrar la ventaja y, antes de los quince del complemento, abrochó la victoria con el tanto de Ryan Gravenberch.

Lo que supuso, además, un salvavidas para el cuadro de Anfield, que arrastraba una racha terrible, inusual: contaba apenas una victoria de sus últimos siete partidos. Ahora, en cambio, recuperó el tercer lugar de la Premier League, un punto por debajo del Manchester City, su próximo rival. Y todo gracias al “Dibu”.

Pero el argentino ni se dio por enterado.

A pesar de las críticas que despertó su actuación, el arquero compartió una fotografía en su perfil de Instagram con un mensaje insólito: “Yo nunca pierdo: o gano o aprendo”.

Martínez estuvo cerca de abandonar Villa Park el pasado mercado. Manchester United lo barajó como alternativa, pero finalmente se inclinó por un golero más joven. Sin más ofertas, al cuidatubos no le quedó de otra que permanecer y disputar la titularidad con Marco Bizot.

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