Pedro Burns tomó la bicicleta cuando era niño y nunca más la soltó. Hoy, busca consolidarse en el downhill urbano tras enfrentar los obstáculos de la profesionalización.
El downhill urbano en Chile no solo exige habilidad y valentía en la pista, sino también un esfuerzo constante por profesionalizarse en un país donde los deportes extremos aún luchan por mayor reconocimiento y apoyo.
Pedro Burns construyó una carrera desde la autogestión, enfrentando la presión social y las dificultades para consolidarse como un atleta de alto nivel. De ser uno de los 25 mejores del mundo en enduro, ha dado el salto al downhill urbano.
Los inicios de una carrera en el ciclismo extremo
Desde pequeño, Pedro Burns sintió la pasión por el ciclismo, una afición que comenzó en su familia. “Mi papá de joven había corrido en moto y yo escuchaba sus historias. Quería seguir sus pasos, pero antes de andar en moto, él me dijo que tenía que saber andar bien en bici, y ahí me quedé”, recuerda.
A los 17 años, Burns tomó una de las decisiones más importantes de su vida: dedicarse profesionalmente al ciclismo. “Salí del colegio y me di un año para ver cómo me iba. Me fue súper bien, así que me tomé otro año. Después un tercero y, cuando me di cuenta, ya había agarrado vuelo”, cuenta.
El salto del enduro al downhill urbano
Pero el downhill urbano tenía un atractivo especial para él. Su primera participación en Red Bull Valparaíso Cerro Abajo fue un desafío, pero a medida que acumulaba experiencia, comenzó a consolidarse en la modalidad. “Cada año voy mejorando. Top 10 es la meta, ¿y por qué no más? Top 5”, asegura.
Sin embargo, el proceso no ha sido solo deportivo. “Ser deportista en Chile es difícil. Cuando salí del colegio y decidí dedicarme a la bicicleta, sentí la presión social de que todos me veían como alguien que solo jugaba en la bici”, recuerda. “No estaba validado ni por la sociedad, ni por la gente, ni por mis amigos. A los ojos de muchos, yo estaba en nada”.
La profesionalización
Para Burns, profesionalizarse en el downhill ha sido un proceso de aprendizaje constante. “Hoy no se trata solo de entrenar y competir, hay que saber moverse con las marcas, entender de marketing y gestionar tu carrera como un negocio”, señala.
En un país donde el apoyo a los deportes extremos es escaso, ha aprendido a negociar auspicios y a construir una imagen que le permita sustentarse. “Me ha tocado pavimentar un poco el camino, de transformar mi pasión en mi profesión”.
“Llegó un momento en que me di cuenta de que mi carrera deportiva era igual de válida que cualquier otra. Y cuando yo lo entendí, lo demostré al mundo y la gente lo aceptó”, reflexiona.
Este 2 de marzo, en Red Bull Valparaíso Cerro Abajo 2025, buscará escribir un nuevo capítulo en su historia, enfrentando la velocidad, la presión y el vértigo de una de las carreras más icónicas del mundo.