No era tan sólo el estreno del Real Madrid en este sorprendente Mundial de Clubes, sino el estreno del nuevo Real Madrid, con Xabi Alonso a la cabeza, lo que hacía especialmente atractivo el match.

Trent Alexander-Arnold y Dean Huijsen se vestían por primera vez de blanco para apuntalar a un equipo que contó con Courtois, Valverde, Bellingham, Rodrygo y Vinicius Jr. de arranque. Sin Kylian Mbappé, enfermo, pero al fin y al cabo un once plagado de superestrellas.

No fue suficiente.

Contra todo pronóstico, fue Al Hilal el que tomó por asalto la atención del Hard Rock Stadium de Miami. Los saudíes desde un inicio fueron superiores y se bastaron de algunos futbolistas que se curtieron en la alta competición —Rúben Neves, Milinkovic-Savic, Koulibaly, Lodi, Bono— para complicar con y sin pelota al cuadro merengue.

De todos modos, Gonzalo García Torres —la mayor sorpresa de Xabi, goleador de “La Fábrica”— adelantó al Madrid cuando la primera etapa entraba en tierra derecha, pero una torpe infracción de Raúl Asencio le permitió a Neves igualar desde los doce pasos. Así se fueron al descanso.

Ya en el complemento, cuando promediaba la hora de partido, los dirigidos por el recién llegado Simone Inzaghi cedieron por completo el protagonismo a la espera de alguna oportunidad aislada que no llegó. Hicieron, sin embargo, lo necesario también para mantener alejado a un elenco de Xabi Alonso que contó con el comodín de siempre al cierre: un penal en los descuentos que a Federico Valverde le salió débil, sin la colocación suficiente para meter en problemas a un gran meta como es el marroquí Bono.

Un uno a uno inesperado por donde se le mire y que pone en aprietos, desde ya, al flamante técnico vasco.