Fue tema recurrente en la Selección Chilena la altura de los defensores. Hace cuatro años, antes del Mundial de Brasil, se hablaba constantemente de la altura de los zagueros de la Roja, porque Gonzalo Jara y Gary Medel no llegan a 1.80 de estatura. Un asunto que hoy está enterrado.

Reinaldo Rueda, fiel a su filosofía, alineó a dos jugadores altos como dupla de centrales: Enzo Roco (1.91) y Guillermo Maripán (1.93). Dos defensores que a pesar de haber salido del semillero de Universidad Católica jamás habían jugado juntos en la Roja, por lo que podía parecer una apuesta.

Sin embargo, ambas "torres" se vieron impecables. Fieros en la marca, sólidos en el juego aéreo y siempre bien parados en la última línea, dejaron muy conforme al adiestrador colombiano, quien valoró la personalidad de muchos de sus nuevos pupilos.

Es cierto que debido al control de la pelota que tuvo Chile, los suecos no fueron una amenaza constante para ambos. Tampoco jugó Zlatan Ibrahimovic, un delantero de talla mundial que le hubiese puesto una tarea más compleja, porque los atacantes Berg y Toivonen no inquietaron mayormente. Pero hay algo que se valora siempre en un equipo, y es la confianza que transmiten tus defensores. En ese aspecto, nunca nadie dudó de que si hubiesen sido más requeridos, habrían resuelto de manera correcta los ataques de los locales.

Futuro

Seguramente continuarán como titulares contra Dinamarca, a no ser que le dé la oportunidad a otros gigantes de la defensa como Igor Lichnovsky o Válber Huerta, dos centrales que también cumplen con el biotipo que busca el nuevo estratega de la Roja y al que la hinchada deberá acostumbrarse. Lo bueno es que con Roco (25 años) y Maripán (23), hay centrales para rato.