Es francés, tiene 19 años, mide 2.21 metros pero su arsenal contempla como mayores atributos la soltura y velocidad. Lo han definido, por lo mismo, como un jugador “imposible”, y está llamado a cambiar el juego.
“Todo el mundo ha sido un unicornio en los últimos años, pero él es más como un extraterrestre”, opinaba hace un tiempo el mismísimo LeBron James consultado por un tal Victor Wembanyama.
Los elogios no acabaron allí: “Nadie ha visto a nadie tan alto, tan fluido y elegante como él sobre el parquet”.
Las palabras del cuatro veces campeón de la NBA, según los entendidos tal vez el único capaz de sentarse en la mesa de Michael Jordan, no fueron escogidas al azar. Wembanyama, francés de 19 años, 2.21 metros de estatura, ala-pívot del Metropolitans 92 de su país, probablemente sea el siguiente jugador en cambiar la historia de la competición. Propietario de un estilo único, alguno sugiere surrealista, se distancia de cualquier otro gigante que se haya visto antes.
El experto en básquetbol, Bruno Altieri, lo define así: “Demasiado grande para ser defendido por un jugador pequeño, demasiado rápido y peligroso con su tiro para ser defendido por uno grande”.
Construyendo una estrella
Una figura como la que supone “Wemby” —una especie de diamante que por increíble que parezca todavía se puede pulir— requiere de todos los cuidados posibles: Guillaume Alquier, su preparador físico personal, se preocupa a diario de que duerma al menos 10 horas, y en cada rutina enfoca el esfuerzo en proteger sus pies.
Un tipo que mide casi dos metros y medio precisa suavizar el impacto que puedan sufrir sus rodillas, de modo que trabaja fundamentalmente el aterrizaje y su estabilidad.
Su físico, por cierto, exige una dieta que sigue desde hace ya un lustro. Son cinco comidas diarias que le permiten mantener la musculatura, aunque sin ganar demasiado peso. A pesar de que muchos creen que una competición como la NBA le exigirá cambios en su físico, el propio Wembanyama ha señalado que no se ve en un futuro como “un tipo muy, muy grande”.
Dicen que Holger Geschwindner, exbasquetbolista alemán y mentor de Dirk Nowitzki, en un campamento de entrenamiento le recomendó al alero francés hacer oídos sordos a quienes le digan eso, que necesita mayor peso o musculatura. En resumen, que su juego no lo necesita.
El pick #1
Por todo lo anteriormente descrito y más, Victor Wembanyama es percibido como la mayor promesa desde LeBron James (el primero de 2003) y, a menos que haya una catástrofe, será el número uno del draft de la NBA. Eso lo saben todos.
Lo sabían, por ejemplo, los Charlotte Hornets, los Portland Trail Blazers y los Houston Rockets, equipos que vieron derrumbadas sus ilusiones de contar con el francés, una vez la lotería premió a los San Antonio Spurs la noche de este martes en el McCormick Place Convention Center de Chicago.
El grito que vociferó el directivo de los Spurs, Peter J. Holt, disipó cualquier duda: se llevarán al jugador que los puede devolver a la élite.
El propio Wembanyama lo tiene claro. Ni bien culminó la lotería, ESPN, cadena que transmitió el evento, conectó con Francia para hablar con el astro y preguntarle qué pensaba acerca de su nuevo equipo:
“Me late el corazón. Tengo a todos los que quiero aquí a mi alrededor. Es un momento muy especial que voy a recordar el resto de mi vida”, dijo de entrada.
Y luego anunció: “Voy a hacer todo lo posible para ganar tantos partidos como pueda. Quiero ganar un anillo cuanto antes, así que prepárense”.
“Me encanta Texas. He estado allí antes. Estoy muy, muy feliz y realmente estoy impaciente por conocer a los fans y el equipo al que estoy a punto de unirme”, cerró con la confianza propia de quien, sabe, será el 1.
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