Viña llora a Jorge Castillo, su "loco" más querido

Jorge Castillo, ex presidente de Everton, falleció lejos de las luces que prometió en el verano 1996, donde el cuadro oro y cielo fue más importante que el Festival. Trajo a figuras millonarias para la época, prometió ganar la Libertadores, tenía a toda la quinta región revolucionada, pero el sueño y la plata se acabó en sólo 35 días.

La madrugada de ayer encontraron sin vida el cuerpo de Jorge Castillo. A sus casi 60 años se quitó la vida. Hace unos meses se encontraba en situación de calle. Había perdido su dinero, familia, empresas, cariño popular y, quizás para él lo más importante, el ir a Sausalito a ver a su querido Everton, todo porque la dirigencia actual le aplicó el derecho de admisión.

Castillo era un tipo que dejaba todo por el oro y cielo. Por eso cuando tomó la presidencia del equipo en 1996 no anduvo con chicas.

Contrató a figuras de la época como Jaime Pizarro, Marcelo Fracchia, Daniel Morón y como DT a Leonardo "Pollo" Véliz, todo para volver en un año a la Primera A, en dos años quería ganar la Copa Libertadores, pintó toda la ciudad con los colores del club, si hasta el gato de la sede tenía el azul y amarillo en su pelaje.

El "Loco" consideraba que Everton era un equipo de Primera, por eso propuso la moción de que el torneo de Segunda División se llamara "Primera B", nombre que nació de él y hasta la actualidad se mantiene.

"Quiso plasmar un sueño, pero todos sabemos cómo terminó. Es lamentable su fallecimiento, porque se fue un soñador más", dice Véliz.

Daniel Morón acota que "regularmente cuando iba a Viña o al Sausalito me lo encontraba, recuerdo cuando me contactó para ir a Everton fue una cosa muy revolucionaria, un proyecto atractivo, creo que no alcanzó a que fuera realidad porque lo ahogaron las lucas, quizás si hubiese tenido 10 ó 15 días para buscar empresarios la historia hubiese sido distinta".

Duró apenas 35 días como mandamás evertoniano, en todo ese tiempo gastó $450 palos ($1.012.334.124 de la actualidad). Entre sus excentricidades están botar toda la indumentaria del año anterior porque estaba cargada por el descenso de 1995, presentar al equipo en un circo, se paseó todas partes con sus chiches. "Le gustaba la parafernalia, nos compró ropa para la presentación, recuerdo cuando entramos al circo para que la gente nos viera, un día Jaime Pizarro le pidió un refrigerador en el camarín y apareció al instante, era un tipo entusiasmado, el proyecto no era malo, pero faltó compromiso del resto", acotó Morón.

"Viña en ese verano marcó la pauta de la noticia, sólo había fútbol, nada de Festival, para mí es una anécdota más del fútbol", dice Véliz.

El final del Castillo todopoderoso fue en una clínica de Reñaca internado, mientras su familia lo declaraba interdicto. No se supo de él por años hasta que tuvo algunos líos con la justicia, se presentó como candidato a concejal y Core en 2016, aunque sin éxito, ahí se desmoronó.

Un soñador, que tras ganar la Polla Gol quiso armar un imperio, pero terminó sólo.

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