Quién es DMX, el fallecido "buen hombre" del rap

Forjó su rima rápida y agresiva en las calles de Nueva York y logró un ascenso rápido a la fama, mientras debió responder por líos legales. Fallecido hoy tras su internación en un hospital, en La Cuarta perfilamos a un hombre tan mordaz como polémico que hizo de la calle y su ley, el centro de su existencia.

Entre los tipos duros de las calles de Yonkers, la habilidad para las rimas y el beatbox era tan valorada como la sagacidad y la rapidez de manos para los robos. Acaso apelando a esa parte más dura de su vida, cuando debió enfrentar una corte en 2018, el rapero DMX preparó una curiosa jugada.

Decidió que el juez debía escuchar una canción suya. Nada de discursos ni faramallas legales. Mientras jurados, fiscales, actuarios lo miraban incrédulos, sonó la canción Slippin', incluida en su álbum Flesh of My Flesh, Blood of My Blood (1998).

"He pasado por diferentes fases locas como masones para encontrar mi camino y ahora sé que los días felices no están lejos", canta en la pista casi a modo de resumen de su vida.

El juez, con una sonrisa levantada por la condescendencia, se limitó a decir que el músico era "un buen hombre". Luego lo envió a prisión por un año.

Hoy, con 50 años, DMX falleció en un hospital de Nueva York, donde se mantuvo en estado grave tras sufrir un ataque al corazón. Porque si algo define su vida, es que nada es a medias.

Dog Man Star

El rapero acumuló millas entre las calles, los estudios de grabación y la cárcel. Nació como Earl Simmons el 18 de diciembre de 1970, en Maryland. Creció en un rudo suburbio neoyorkino, entre pandillas y ajustes de cuentas firmados a punta de balazos. Pero en sus días solitarios vagando por las calles, comenzó a desarrollar un gusto por la rima.

Poco a poco, participó en batallas de rap donde comenzó a destacar por su peculiar estilo, que tomaba sus vivencias en el hampa y su amor por los perros -de hecho lleva tatuado a uno de sus canes-. Mientras, se hacía su curriculum de enredos con la justicia; desde sus primeros robos entró y salió de hogares de menores y conoció la brutalidad policial, de la que no pudo arrancar por el resto de sus días.

Su nombre como rapper deriva de una máquina de ritmos, aunque muchos ensayan otras interpretaciones, como una sigla de Dark Man X o Dog Man X.

Lo cierto, es que como 2Pac antes que él, su carrera fue en un rápido ascenso; lanzó su álbum debut It's Dark and Hell is Hot en mayo de 1998, empujado por el éxito del single "Get At Me Dog" en que descolló con su estilo callejero y agresivo.

Por entonces debió responder a las acusaciones de una stripper que le presentó cargos por violación. Aunque fue absuelto, el peso de la justicia le siguió buena parte de su vida.

Un buen hombre

La personalidad del músico llamó la atención y fue invitado a otros proyectos.

Participó en películas como Belly, Romeo must die, Exit Wounds, y otras donde compartió créditos con Jet Li en sus intentos por crear una suerte de subgénero en que se mezclaba el rap con las artes marciales; algo así como ver a Bruce Lee lanzar patadas mientras de fondo suenan los ronquidos del scratch.

Mientras, los problemas con la ley no cesaron; desde los primeros años del nuevo milenio debió responder ante cargos por posesión de drogas y armas, conducción imprudente, maltrato animal, por los que ha debido cumplir sentencias de prisión.

En ocasiones no se ha presentado en la corte, e incluso se le acusa de no haber pagado una cuenta en la Clínica Mayo. Cuando fue arrestado en 2008, fue aislado del resto de la población penal. "Es posible que no les guste su música", señaló el Sheriff del condado.

Sus cuatro primeros discos consiguieron alcanzar el número 1 del Billboard 200, una marca nada menor en una era en que Napster y las descargas digitales asestaron un golpe definitivo a la industria. Pero en una era de celebridad y muerte rápida, la carrera de DMX ha deambulado entre la gloria y el limbo. A fin de cuentas, es un buen hombre.

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