Antonella Orsini superó las crisis y ahora está como lechuga

Antonella nos cuenta que "en 2003 estaba grabando una teleserie juvenil en TVN, estaba pasando por un momento bien difícil en mi vida, me fumaba una cajetilla diaria, sentía un vacío existencial y mucha ansiedad. Fui a una clase de yoga y por primera vez sentí un alivio muy grande de haberme conectado conmigo, con el silencio. Me di cuenta de que era algo que nunca lo iba a poder dejar de hacer".

Además, recuerda que tras el rechazo de una escuela de teatro partió un año a España y allá comenzó a practicar cada vez más la disciplina.

Al retornar a Chile, nuevamente la rechazaron en una escuela de teatro debido a lo que ella señala es "el estigma de ser rubia de ojos claros y haber hecho teleseries desde chica". Justo ahí se encontró con la posibilidad de estudiar para ser instructora de yoga: "Al año siguiente, en esa escuela donde me inscribí, me contrataron para hacer clases y nunca más paré", dice.

YOGA

Hace dos meses partió con un proyecto personal. Tiene su propia sala de yoga llamada Casa Templo. Según Antonella, "lo que me motivó a cambiar así mi vida fue la búsqueda de algo que me hiciera feliz y de a poco fui tomando conciencia de mi cuerpo, mi salud y mi bienestar. Otra cosa que me motivo fue tener hijos, con ellos una busca enderezarse cada vez más para poder enseñarles desde el ejemplo y hábitos de vida sana es lo mejor que puedo transmitirles".

Añade que "cualquier mujer que se sienta fea, inútil o esté con problemas existenciales les recomiendo hacer yoga, porque desde esa conciencia van a poder conectar con su centro y valorizarse al máximo".

Para esta actriz y profesora de yoga, la belleza es "sentirse bien, sana, con energía y con una actitud de vida empoderada y segura".

Temas Relacionados

COMPARTIR NOTA