Coté López prepara todo para pisar el palito con su "Mago"

Coté López anda en Chile desde mediados de abril. Llegó piolita, como le gusta pasar ahora, a finiquitar, según nos contó un cercano, "algunos temas personales".

Averiguando por aquí y por allá nos enteramos que, entre otras cosas, está iniciando los trámites para el que será su matrimonio en Chile con Luis Jiménez.  Está cotizando lugares para la fiesta, presupuestos de comilonas y hasta una orquesta que alegre el cotillón después que haya dado el ¡sí, acepto! ante el Pulento.

ALTAR

Lo único claro que tiene, hasta ahora, es la iglesia. Será la Santa Gemita, ubicada en Avenida Suecia, entre Sucre y Simón Bolívar, en Providencia. La misma en la que se casaron a fines del 2006 primero Pamela Díaz y Manuel Neira y después Jorge Valdivia con Daniela Aránguiz, la ex bailarina del "Mekano".

Una persona que vive por esos lares juró al diario pop que vio a la chiquilla entrando allí. "Al principio no la reconocí. Está muy cambiada. Entró a la Iglesia, vio que la oficina estaba cerrada y me preguntó a qué hora abrían. Y de ahí se fue en una tremenda camioneta, como esa que tienen los soldados gringos en las películas (una Hammer)".

BLAAANCO

Otro temilla que la tiene muy ocupada, era que no, es el vestido blanco con el que caminará hasta el altar.

El diseñador será Ricardo Oyarzún, quien dijo a La Cuarta que sí será el encargado de la confección "pero hasta ahora sólo hemos visto cómo será el vestido, pero nada más, hasta ahora".

BIEN PIOLITA

Desde que se supo que estaba en Chile, toda la prensa farandulera ha tratado de hablar con ella. La ahora morena debilidad se ha mantenido mutis.

Los pocos antiguos amigos que han hablado con ella, destacan lo cambiada que está. No sólo físicamente, sino también en su forma de ser. "Como que quiere dejar atrás a la antigua Coté ni meterse en más líos".

Hay que acordarse que en junio del año pasado estuvo metida en el tremendo tete cuando cacharon que su antiguo tocomocho estaba en el departamento de Mauricio Pinilla. Ahí vino lo del "Rey León", "el no estuve, no estuve, bueno ya, sí" y al final una declaración que dejó más dudas que aclarar cosas.

"En marzo efectivamente fui a un hotel porque Mauricio me llamó, me llamó, me llamó. Y estaba mal, mal, onda que se iba a matar. Le dije a Luis 'está pasando esto' y me dijo 'anda, pero no sola, a ver qué onda'. Llegué, era un carrete, así que me devolví".  Luego vino otro llamado, según ella del ahí delantero de la "U" y hasta una de Gisella Gallardo, la madre de la hija del pelotero. Ahí vino lo bueno: "Ella se consiguió mi número. Le conté todo como fue en el pasado, porque pasó algo con Mauricio en el pasado. Una ridiculez, así como fue con 3 mil personas más. Él no es para mí nadie especial".

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