"El Cordero": Daniel Muñoz pasó de ángel a sicópata

El 30 de marzo se estrenará "El Cordero", película de acción y suspenso dirigida por Juan Francisco Olea, y que cuenta en su protagónico con Daniel Muñoz.

El actor hará a Domingo, un padre de familia, cristiano hasta las patas y conservador al extremo. Sin embargo, el sociate se condorea sin querer y mata a una muchacha, pero no siente culpa.

El atado es que al cumpa se le sale la cadena y le comienza a picar el bichito de la maldad sádica y masiva. Daniel Muñoz conversó con La Cuarta sobre la película, la culpa y la violencia de su personaje.

- ¿Qué busca generar "El Cordero" en la barra?

- Es un thriller de acción y suspenso, que quiere generar inquietud y entretener. El guión me llegó hace un par de años y quedé maravillado con el personaje. La película busca atrapar al espectador con el proceso de transformación de Domingo.

-En el trailer Domingo se ve cómo Juan Herrera y de repente se chala cuático...

- Pasa que Domingo tiene una especie de monstruo oculto dentro de sí. Él es un depredador en potencia y en la película se va viendo cómo un episodio comienza a cambiarle la mente. Desde ahí, da pasos hacia su lado oscuro.

SINIESTRO

-¿Es el personaje más violento que has hecho?

-Revisando mi historia, diría que es el más siniestro que he hecho. Domingo es un lobo con piel de cordero que tiene toda una impronta religiosa, pero es un demonio.

- ¿Cómo preparas un papel de así?

- Siendo sincero, a mí me gusta que el personaje hable por sí solo. Sigo al pie de la letra la descripción que tiene Domingo en el guión, y creo que ahí saca su propio brillo.

-Tú, como Daniel Muñoz, ¿eres culposo?

- Sí, como buen hijo de la religión católica. Muchas veces he tenido que luchar contra eso. La culpa te puede llevar a caminos tormentosos, uno tiene que saber dosificar eso, sino jodes. Nuestra sociedad funciona gracias a la culpa.

-¿En qué aspectos ves eso?

- Creo que todo el sistema de endeudamiento en el cual estamos involucrados está basado en eso. Está normalizado sentirse culpable por no entregar a tu familia, lo que la sociedad exige que le des. Al final, la culpa es un motor.

- Curioso es tu paso de ángel buena onda ("Un Diablo con Ángel") a un fanático religioso que se raya.

- Jajajá, claro, por ahí alguien me dijo una vez, que todo demonio fue un ángel. La diferencia es que uno se pone al sol y otro a la sombra. Uno toma decisiones pero es el entorno el que las forma.

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