
No se le cruzó ningún demonio de Tazmania , pero lo que si, fue una de las diez playas más hermosas a la infartante Kathy Bodis.
"Wine glass beach" se llama el lugar paradisíaco que visitó la comadre, a la que hay que hacer un gran esfuerzo para poder llegar. "Desde que supe que existía, y justo además que había planeado un viaje a Australia, me dije 'tengo que ir para allá', pero no sabía que iba a tener que caminar tanto", aseguró Kathy.
Más que kung fu tuvo que patear terreno la ricarda. "Fueron dos horas solo de caminata para llegar, sin contar con un cerro grande que había que subir. Desde la cumbre uno podía ver la playa, pero cuando uno se ponía a pensar que había que bajar para conocerla, dolía un poquito, jajajá, pero valió la pena".
Pero lo que cualquier persona pensaría, es que tras tan largo viaje, y justo para ver una bella porción del mar, el chapuzón venía de cajón, cosa con la que no deleitó a los hombrones koalas la comadre. "Cuando llegamos hacía demasiado calor y el agua estaba muy fría, así que me dio un poco de cosa meterme, aparte que todos los que llegaban ahí no se bañaban, solo se sacaban la foto y chao, no estaban más de 10 minutos. Y yo llevé todo para hacerlo, mi toalla, el pareo y mi traje de baño, pero no me tiré".
Entre lo que nos soltó es que esa playa en específico los canguros la cuidan como hueso santo. "Lo único que hay, aparte de unas aguas turquezas increíbles y una arena muy rica, son carteles que dicen algo así como 'si usted llega a botar un papel al piso la multa que le van a pasar es altísima', porque de partida con la caminata es la única forma de llegar".
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