Tomás Cox repasa a los millenials: "Les sobra juventud"

Con 19 años y más de mil capítulos al aire, "Cara a Cara" de La Red debe ser el programa de entrevistas más longevo en la televisión abierta. "Es una confesión penetrante, respetuosa, sorprendente y sorpresiva. Lo que se conversa no se edita ni toca. (...) En el mundo que vivimos, nadie escucha a nadie una hora cuarenta. Yo sí", detalla Tomás Cox, quien se lanza en las grabaciones sin tener preguntas anotadas ni alguien que le sople el interrogatorio al oído.

- ¿Cualquiera puede ser entrevistador? No, de partida no tiene que haber ego ni afán de protagonismo, ninguno. El único protagonista es el entrevistado y sus vivencias, éxitos, fracasos, zonas oscuras y conflictos.

- ¿El relajo de los invitados en su confesionario es porque no les hace preguntas para reventarlos? Disparo a matar, pero dulcemente. Disparo fuerte y si veo que el entrevistado quedó conmovido, retrocedo un poco. Vuelvo a la superficie del agua, seguimos conversando y un ratito después, otra estocada. Es boxear, cada invitado es una presa, pero una presa que debo devorar dulcemente y no atrozmente. Es puro instinto.

De los colegas nacionales que se atreven en el arte de la conversación, no le gusta ninguno. Es que el canoso ha logrado cultivar un estilo propio en las entrevistas (se viste igual hace 22 años) y una metralla de frases para enmarcar. "Hace muchos años partí con la frase pecho a las balas; la vida no es un cumpleaños; a quién le importa; mundo real; son puros artistas, puros crá que lo digo cuando las embarradas quedan, quedan y quedan. Y el nada más como remate. Son frases que me salen del alma, la gente entiende la ironía el humor que hay detrás. La vida también es una tragedia".

Agradecido de La Red y la trayectoria que ha logrado ahí, el también productor de eventos tiene hambre de más. "Yo quisiera tener dos horas, estar en la noche. Tener música al lado, tres entrevistados, uno cada media hora. Un 'Noche de Gigantes', sería notable", se ilusiona.

NUEVAS GENERACIONES

- De lograrlo, tírese tres invitados que le gustaría tener... Al día de hoy me gustaría conversar con la ex Presidenta Michele Bachelet, con Jorge Sampaoli y Emmelyn, la niñita que se había perdido en Licantén.

Con 50 años trabajando y pelándose el lomo 15 horas diarias, Cox tiene una visión crítica de los jóvenes, los millennials. "Les sobra juventud, les falta energía, les falta hambre de éxito. Les sobra apuro, tecnología. Les faltan ideas, calma, paciencia. Trabajar por la leyenda y dejar de lado eso de querer ser rico y famoso en 15 minutos, lo que es una estupidez y un imposible".

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