Juanita Ringeling (39) desertó de estudiar Teatro de la U. Católica por “miles de razones”, según recuerda, pero hubo una que predominó: sintió que su lado creativo se esfumaba.

—Como que me desincentivó la creatividad y las ganas de crear, más de que lo que me las cultivó, y dije: “Quizás no es el lugar apropiado para aprender, porque estoy apagándome” —recuerda en conversación con La Cuarta.

No perseveró y comenzó un periplo de viaje, trabajo y, sobre todo, de descubrimiento, estudiando, por ejemplo, en Massachusetts y Dinamarca. “Así he picoteado saberes de distintos lugares”, cuenta. Hasta que, ya con 22 años, de vuelta en Chile, participó en un casting abierto de TVN, quedó y fue parte de Hijos del monte, siguiendo el conducto regular, según cuenta.

Tras participar en un par de producciones del canal público, pasó al 13, donde fue parte de las exitosas Soltera otra vez (2013) y Chipe libre (2014).

Corte melodramático

Por aquel entonces, a Ringeling le ofrecieron renovar su paso por Canal 13. Sin embargo, decidió irse otra vez, a tierras gringas, a Los Ángeles, donde estuvo por casi cuatro años.

—¿Por qué rechazaste esa renovación?

—Quería irme a vivir afuera, y lógicamente es muy tentador un contrato; pero si uno lo acepta empieza a aplazar esos sueños o ideas. Y decidí tomar el riesgo de no tener un contrato pero cumplir esa aventura que me tenía pendiente, que era vivir en otro país que no fuera mi idioma, y forzarme a salir de mi zona de confort y de flexibilizar mi cerebro. Y me fui.

—¿Te ibas con la idea de “no volver”?

—Nunca lo desarrollé con tanta claridad así como “me voy a ir tantos años” o “me voy a ir estos pocos”. Fui bastante a la vida. Obviamente saqué mi visa para eventualmente trabajar, y eso también te da una cierta cantidad de tiempo para estar ahí, porque era mi idea no estar ilegal en ningún país. Hay ciertas cosas técnicas que van definiendo tus rutas en otros lugares. Pero en principio fue: “Quiero ir a vivir afuera y tener esa experiencia”. No había más elaboración.

Ya estando allá, grabó una película, Shortwave, en el 2016, entre Los Ángeles y Nueva York; y en el 2018 viajó a Chile para el musical Piratas del Caribe de Mall Plaza. Regresó a su país natal al año siguiente, cuando le tocó el estallido social y luego la pandemia, periodo en que se puso a hacer “living teatro” con la productora The Cow Company, haciendo obras online vía Zoom: “Me ayudó a mantenerme vigente, y para muchos actores fue nuestro nuestra salvación”, recuerda.

La actriz ya se encontraba emparejada de Matías Assler —a quien conoció trabajando en el musical cuando viajó a Chile—, y luego quedaría embarazada de su primer hijo, Aurelio. Más adelante se fueron a vivir un par de años a México, pero retornaron cuando ya vieron que tendrían que criar a dos retoños, aún no casados hasta hoy, pero comprometidos, que para ella “es igual”, aclara.

—Todo se fue juntando y estuve más lejos de los lugares tradicionales de la actuación, y también enfocándome en otras áreas bien diversas de mis trabajos: seguí en la radio, estuve en la Radio Play, ahora estoy en la Concierto; seguí con mi marca Wild Soul, que hemos crecido harto. Y seguí haciendo algo de música por aquí y por allá. Y he derivado mucho en charlas de emprendimiento, sostenibilidad o alimentación.

—¿Y cuánto influyó el ser mamá?

—Creo que influyó y coincidió, las dos cosas, lo cual para mí fue súper bueno porque el tiempo para criar a los hijos, sobre todo en la primerísima parte del postparto, se agradece un montón. Igual trabajé en otras cosas, sobre todo cuando Aurelio era muy chico, como en los programas de Desafío Emprendedor. Ahora, la Loica sigue siendo chica, tiene menos de dos años; pero igual ya estamos en el ruedo nuevamente.

El regreso de Juanita

Ahora, la actriz está protagonizando Antes junto a Gabriel Urzúa, obra estrenada el pasado 4 de octubre y que se inspira en la trilogía cinematográfica de Richard Linklater, Before… Esta es la historia de una pareja que muestra cómo una pequeña decisión marca sus destinos, y consiste en tres actos que los muestran a ambos en distintas etapas de sus vidas: en los veinte, treinta y cuarenta.

—¿Antes los sientes como un regreso a la actuación?

—Lo siento como un regreso, de todas maneras, porque si bien nunca he dejado de hacer cositas relacionadas al mundo de la actuación, es distinto cuando el proyecto completo está en los hombros de dos actores. Es una obra en que la importancia de esta dupla es el eje. Y ha sido súper intenso y lo siento completamente como una vuelta a estar inmersa al 100% en un proyecto que me demanda profundo trabajo, entrega y amor. Lo siento como un regreso, y además al teatro, porque no hacía teatro desde el 2018… ¡Caleta! —Ríe.

—Pero entiendo que hace rato estabas en conversaciones con The Cow Company.

—Con esta productora he trabajado hace mucho tiempo en diversas cosas, haciendo música en eventos y etcétera. Siempre habíamos querido hacer teatro y nunca nos había resultado, o porque yo estaba viviendo afuera o no me daban los tiempos. Y este año fue como: “Ideemos esto desde el principio, inspirarnos en Before”, y mandamos a hacer el texto. Ha sido muy bonito estar desde tan al inicio, porque nos ha significado realmente trabajar en todos los eslabones.

El dramaturgo Antonio Zisis fue convocado para escribir el texto, acompañado del trabajo del director, Rodrigo Sepúlveda —el mismo de Rey del king, protagonizada por Marko Zaror y Benja Vicuña— y los actores, Ringeling y Urzúa, quienes tuvieron la tarea de convertir esos diálogos en una obra, darle cuerpo.

Tras su debut, Antes se está realizando en el Teatro Mori Bellavista hasta el 15 de noviembre, los viernes y sábado, a las 20.30 horas, y funciones dobles el 8 y el 15 a las 19.30 y 21.30 horas (entradas, AQUÍ).

—¿Tenías un cierto nervio?

—O sea, un tremendo nervio diría yo, no un “cierto”. Entré muy nerviosa porque además yo nunca había trabajado con Gabriel ni con Rodrigo Sepúlveda. Y después de siete años sin hacer teatro, si bien el oficio no se pierde, uno está menos entrenada. Esa era mi sensación, como: “¿Lograré llegar a tiempo a todo lo que requiere esta obra?”. Pero el cuerpo tiene memoria y el trabajo da resultados. Y eso trae resultados. Obviamente eso no me quitaba los nervios, y no me quita los nervios, y cada función antes de entrar a escena Gabriel me tiene que decir: “Respira, respira, está todo bien”, porque sigo sintiendo el vértigo antes de entrar a escena.

Juanita interpreta a “Chiara”, para quien tiene que aplicar un acento italiano, “y debe lograr la suficiente química con Gabriel para que se traspase al público, y que empatice e importe lo que está viendo, porque finalmente todo se sostiene en que vean a esta pareja y se encanten, y para eso hay que tener mucha verdad, pero también mucha luminosidad; y es difícil de lograr”, analiza

—¿Cómo ha sido trabajar con Gabriel, el actor del momento?

—Está con todo Gabriel. Ha sido entretenido. Éramos unos completos desconocidos.

—¿Nunca se habían visto?

—Nos la habíamos visto una vez en la Gala de Viña, pero ahí fue como: “Hola, hola, me llamo Juana”, y listo, se acabó. No nos conocíamos para nada, y creo que en ese sentido fue muy importante el trabajo de mesa, que fueron dos o tres semanas solamente desglosando y leyendo el texto, y hubo mucho de: “A ver, esto le está pasando al personaje, pero ¿qué es lo que le pasa realmente?”, y ahí empieza el compartir experiencias personales, pensamientos o sentires para completar las historias de los personajes y lograr verdad. Fue súper importante entender un poquito los dolores y alegrías del otro, para llevarlo a los personajes, y para traspasar esa barrera del completo desconocido.

—¿También estás en una película con Francisco Pérez-Bannen?

—Estamos en el proceso de una película, Pequeña, que está dirigida por Nicolás Julien, que él ha sido en su carrera principalmente productor, trabajó mucho tiempo en Estados Unidos y volvió este año; y esta es su primera película dirigida. Estamos muy contentos con Pérez-Bannen de darle vida a esta ópera prima.

—Tú cantas también, ¿vendrá alguna obra musical?

—No todavía, porque nos queda un ratito con Antes. Nos quedan dos semanas todavía, pero después queremos hacer una temporada seguramente en enero, y después el primer semestre del 2026 también queremos otra temporada, así que, por ahora, seguiré con eso.

Además, la también emprendedora tiene la intención de que sus barritas saludables de Wild Soul crezcan hacia México, porque ahí ya puso sus raíces la empresa madre, Wild Foods. “Eso también me demandará bastante trabajo, quizás también unos mesecitos allá”, pronostica “Así que por ahora en carpeta sigo Antes y la película Pequeña”. Por lo tanto, eventualmente, se le vienen algunos “viajecitos” para definir “cómo instalamos la marca de manera adecuada en ese nuevo mercado”, añade.

El presente de Ringeling

—En qué parada vital estás, ¿actuar o diversificar?

—Mi parada vital es que no se puede hacer una cosa o la otra: se tienen que hacer las dos, porque si me dedico sólo a actuar, y espero que me llamen para actuar, es extremadamente riesgoso en este país. No sé si has visto la cantidad de actores que esperando que llamen se quedan sentados en el sillón. Uno tiene que autogestionar proyectos y diversificarse. Sin duda quiero ampliar todo lo que es Wild Soul, que la alimentación me importa muchísimo: en este país tenemos el mayor índice de sobrepeso y obesidad infantil de América. Son temas que quiero no sólo no dejar de observar, sino intentar impactar positivamente. No solamente vendemos barritas: hacemos mucha educación. Pero sin duda, ya que volví a actuar y tuve esta oportunidad de hacer Antes, obviamente quiero agarrarme y seguir.

—¿En todos estos años has tenido algún acercamiento o coqueteo con las teleseries?

—Tuve un coqueteo hace mucho tiempo, antes de la pandemia; pero la verdad no es lo que más me interesa, lo encuentro entretenido, y si sale un súper buen proyecto, puede ser, estoy abierta a todo; pero creo que hoy hay tantos formatos, y yo tengo tan diversificados mis trabajos que tampoco es algo que necesite.

—¿Con Mega fue el coqueteo?

—No, con Chilevisión. No he tenido ningún acercamiento con el Área dramática de Mega.

—El otro día lamentabas en Reyes del Drama que sólo te había tocado estar en “películas malas”...

—Sí —responde y se ríe.

—¿Sientes una deuda con el cine?

—Me encantan la series, encuentro que es un súper buen formato, porque es una buena mezcla entre una teleserie y una película; tienes un contrato más largo y estás más tiempo con un equipo, y es más profundo, hay más desarrollo de personaje y tienes más cuidado audiovisualmente. Creo que es una es una súper mezcla. Felizmente volvería a hacer series; hice en su momento algunas bastante exitosas y entretenidas. Y al cine, estoy de vuelta, haciéndolo, así que espero que sea una muy buena película —Ríe—. Pero creo también que uno, en el fondo, en el formato que uno haga su oficio, es actuar, finalmente estás desarrollando el personaje y trabajando con un equipo. Más que elegir un formato, creo que es exquisito como actriz ojalá explorarlos todos.

—¿Estás viviendo en la playa, en Cachagua, todavía?

—Sí, este me ha tocado harto estar en Santiago, así que hemos hecho todo una logística familiar de allá para acá y de acá para allá, niños para acá y niños para allá; pero lo hemos logrado.

—¿Y está en sus planes venirse a Santiago?

—No, a no ser que lo demande un proyecto que me exija estar en Santiago mucho tiempo. Pero, la verdad, mi casa está allá, entonces es medio difícil decir “me vengo” si no tengo un proyecto. No tiene mucho sentido.

—¿Pero no se te hace tan pesada esa logística?

—Lógicamente es un poco más pesado que si viviera acá, y ha demandado, con Matías, mi pareja, que hagamos hartos malabares. Pero creo que como los dos sabemos que queremos estar allá y que ahí está nuestro centro, también nos vale la pena esta fórmula de movernos, y hemos logrado tener lo mejor de los dos mundos: estar en la playa, criar a los niños ahí, que tengamos la libertad, el espacio, el mar y el campo; y también tener Santiago, la vida más cultural y el ruedo laboral aquí. Pero igual los dos tenemos ciertas pegas allá, Matías tiene un restorán, así que tampoco es que nos podemos desligar y venir.

—¿En qué momento estás como madre? ¿Dos años tiene tu hija chica?

—Un año y ocho meses, es chica. Yo te diría que lo que cambia bastante es dejar de dar leche, ya no estoy en eso, porque si no podría estar trabajando aquí. Ya solté la guagua pequeña de leche, y ahora puedo delegar un poco esa materia tan intensa en una “mapaternidad”, hacerlo más compartido, y que Matías se haga más cargo. Pero esta semana que me ha tocado estar mucho en Santiago los he echado de menos terriblemente. Pero ya hoy me voy de vuelta, así que los veré.

Ringeling deja ver que, al menos la primera parte de su maternidad, también fue un factor que postergó su lado actoral:

—Cuando uno está esperando guagua, uno, no te llaman y, dos, uno no se pondrá a gestionar alguna película si cacha que está esperando guagua —comenta—. Obviamente es más difícil acceder a papeles si estás esperando guagua, después estás dando leche, entonces, al menos yo, estaba en otro momento, y soy muy feliz de haberlo podido disfrutar tanto.

—¿Y en qué estás en el 13C?

—Estoy con Energía infinita, que son cuatro capítulos y está al aire. Es un programa en que estoy por segundo año consecutivo, y me encanta, porque tiene mucho que ver con esta otra área de desarrollo, sostenibilidad y vinculación social. Este año se trata de regeneración del tejido social; está muy entretenido porque habla de soluciones soluciones comunitarias basadas en el territorio, cuando hay autogestión de las comunidades y logran mejoras en su calidad de vida. Es súper interesante ser parte de ese programa, y seguir en 13C, que fue el canal que nos acogió en el primer programa de viaje que hice, Carnaval, ¡que lo siguen dando también!, una cosa impresionante.

—¿Y las barritas de Wild Soul? ¿Esas las daban en los aviones?

—En un momento las daban en los aviones, pero ya no. Pero las vendemos en todos los supermercados, en la farmacia, e-commerce y en los emporios más chiquititos generalmente enfocados a nutrición.