El día que Mike Patton le dedicó una canción a Myriam Hernández

La noche en que Faith No More sacudió el Festival de Viña y su vocalista, Mike Patton, dejó atónito al ‘monstruo’ al dedicarle una canción a Myriam Hernández.

Corría febrero de 1991 y Chile vivía su primer Festival de Viña en democracia. La Quinta Vergara recibía a artistas en auge como Chayanne, Juan Luis Guerra y Los Prisioneros, quienes al fin eran reconocidos tras años de censura.

Sin embargo, una de las presentaciones que marcó para siempre la historia del certamen fue la de Faith No More, una banda de rock alternativo que, contra todo pronóstico, se robó el protagonismo con su irreverencia y su show fuera de lo común.

El grupo californiano no estaba originalmente en la parrilla del festival. De hecho, los organizadores planeaban contar con Level 42, pero tras la cancelación de estos, debieron buscar alternativas. Fue entonces cuando, inspirados por una crónica del periodista Iván Valenzuela desde Rock in Rio, los productores apostaron por Faith No More.

“Yo publiqué una columna de Faith No More que era muy alabatoria. Y alguien lo leyó en Viña, un gallo que se llama Fernando Meza y me dice: ‘Mira, yo asesoro a Juan Carlos Trejo, el alcalde de Viña ¿puedes ayudarnos? nosotros te remuneramos’”, recuerda Valenzuela en el documental Metal Gate: Monstruos en Chile, de Via X.

“Llamé a un amigo mío, que también era promotor de espectáculos y le digo: ‘Mira, me pasó esto’. Me dijo: ‘Hueón, no te metai’-sigue Valenzuela-. Vuelvo a Chile, y la gente de Televisión Nacional anuncia...que contrataron a Faith No More. Yo dije: ‘Estos hue... se volvieron locos’”.

Faith No More wsp
Faith no More invitados al Festival de Viña del Mar, 1991.

Uno de los momentos inolvidables del show de la banda quedó grabado en la historia cuando Mike Patton, vocalista del grupo, sorprendió al público dedicándole una canción a la cantante chilena Myriam Hernández.

En plena interpretación de Edge of the World, Patton tomó el micrófono y, en un gesto que descolocó a muchos, dedicó la canción a Myriam Hernández. La icónica baladista chilena, que por esos años ya era una estrella consolidada en la música romántica, jamás imaginó que su nombre sonaría en la voz de uno de los frontman más excéntricos del rock alternativo.

Esta canción está dedicada a Myriam Hernández, mi amor”, dijo Patton con absoluta seriedad. El público reaccionó con sorpresa y risas, sin entender del todo los motivos.

La razón de esta dedicatoria fue una idea del escritor Alberto Fuguet, quien, para una sesión de fotos previa, vistió a Patton con una camisa celeste y lo caracterizó como “el colegial chileno incomprendido”. Además, sugirió la broma de dedicarle una canción a Myriam Hernández.

La prensa de espectáculos reaccionó dividida ante el show. El crítico Ítalo Passalacqua lo describió como “final decadente con solista refregándose en el piso”, mientras que Myriam Hernández, sorprendida, declaró no haber compartido nunca con el músico estadounidense, pero que lo encontró “muy simpático, muy tierno de su parte”.

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