“Es una mala talla, machista y súper sexista”: el tenso cruce entre Karol Lucero y Marcela Sabat en La Divina Comida

Karol Lucero y Marcela Sabat.
Karol Lucero y Marcela Sabat.

El animador de tele y locutor radial hablaba sobre las funas que enfrentó durante el 2019, instancia en que la exsenadora sacó un episodio a colación.

“Me pasó algo que todavía no lo entiendo, porque no he hecho nada malo, porque no tengo nada que ocultar”, planteó Karol Lucero en el capítulo de La divina comida (CHV) —el cual será estrenado este sábado— sobre las masivas “funas” que se desataron hacia el durante el 2019.

En eso, Marcela Sabat tomó la palabra y se refirió al criticado episodio que protagonizó el animador y locutor radial en un programa de Radio Carolina, donde simuló que le practicaban tener sexo oral bajo un mesón.

—Yo te escucho y, por favor, en la mejor de las ondas, partamos de que fue una mala broma, porque cuántos niños y niñas te siguen —planteó la exsenadora—. Probablemente, si tú lo tomas con esa liviandad, es a lo mejor el mea culpa que tienes que hacer. Es una mala talla, porque es machista, es súper sexista.

En eso, el ex-Yingo (CHV) no dudó en responder, según consignó Página 7:

—Ahí discrepo contigo, porque primero: ¿Cómo sabes que era una mujer si no se ve quién es la persona?”.

—Tú dijiste después que había sido una mujer —le contestó ella.

—No, yo no dije que había sido una mujer —aclaró él.

—¿No contaste que era una compañera de trabajo? —le consultó la exalcaldesa.

—No era una compañera de trabajo, y la persona que estaba ahí lo hizo por su propia voluntad, ¿por qué ella no pudo haber decidido hacer esa broma? Y yo solo fui parte de eso.

Más tensión

Más adelante, él le planteó que “tú me juzgas por ser conocido”.

—No te estoy juzgando —aclaró ella.

—No, pero lo llevaste para el lado sexista, como que hay que terminar con ese tipo de cosas —remarcó él—. Yo, cuando explotó este vídeo, inmediatamente ofrecí disculpas.

Es más, aseguró, “hice el mea culpa y recibí una sanción radial, y dos años después es la funa, ¿es eso para ir a una marcha con un cartel contra alguien que lo hace?”. Y añadió: “¿Qué más tenía que hacer o qué me tenía que pasar para que eso se olvidara?”.

Y ella le contestó sin anestesia:

—Dejar de tomarlo como natural, dejar de tomarlo como normalidad, como que es una talla que da risa.

—Yo creo que ese es el problema —lanzó él—: las personas que lo toman a la gravedad como tú, como si fuera una ofensa sexual o sexista, es donde está el error; pero ese error ya no es mío, es de ustedes cómo lo interpretan.

—Ningún micromachismo, ni ningún gesto cultural viene implícito con la persona que lo hace, en decir ‘voy a herir a una mujer’—le planteó Sabat—. Por eso es un cambio cultural que hay que hacer, y no es ser grave. Quiero un cambio cultural y ojalá eso no ocurra en las generaciones que vienen. Pero cuando tú vas en la calle caminando, a lo mejor es otra la reacción de las personas.

—Nunca he recibido una funa face to face, solo en las redes sociales —cerró él—, que son cosas que además hablan personas que no me conocen.

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