El nombre de Alexander Israel reventó en la prensa farandulera tras su entrevista en Primer Plano este domingo 23 de noviembre, donde el joven de 25 años relató sin filtros el abandono y la ausencia que —según él— ha marcado su relación con su padre, Mauricio Israel.

Alexander, catalogado como el hijo oculto del comunicador, recordó que nació producto de una infidelidad del comentarista deportivo con una corredora de seguros.

Primero fue negado y solo una prueba de ADN terminó por obligar el reconocimiento. Luego vino un periodo donde, según su versión, el aporte económico existió… hasta que Mauricio dejó el país en medio de sus líos legales.

De Alexander a “Keroppi”

Pero Alexander no es un nombre desconocido en redes. En Twitter ya circulaba hace años bajo el alias “Keroppi”, con publicaciones que resurgieron tras su testimonio y que incluyeron mensajes sobre religión, escritos sexistas y confesiones personales que generaron enorme ruido en X.

Uno de los más viralizados fue cuando describió un tipo de mujer que —según él— “lo volvía loco”, apuntando a apariencia física y estereotipos.

Otra de las polémicas que él mismo reconoció fue el acoso contra una tuitera, asunto que abordó en una carta abierta publicada antes de eliminar su cuenta.

“A los 18 le envié un ramo de flores rojas con un mensaje de amor a la tuitera con la que estaba obsesionado, porque posteó su dirección accidentalmente en Twitter. Ella se asustó tanto que le escribí para explicarle que había sido yo y no quiso contestarme”, relató.

Luego agregó que dos años después fue funado públicamente y que, en ese momento, intentó quitarse la vida. Con el paso de los años, asegura, la obsesión continuó: “Desde los 20 a los 25 seguí obsesionado con ella, yéndome todas las noches a dormir pensando en ella, pidiéndole a Dios una forma de llegar a ella, teniendo una foto de ella en un relicario con forma de corazón y abrazando una almohada imaginando que es ella”.

Estos antecedentes reflotaron con fuerza tras la entrevista, convirtiendo su nombre en trending topic y desatando un intenso debate en redes sociales.

La Cuarta habló con la víctima, quien quiso dejar su identidad en secreto, pero contó que lo que dijo Alexander no fue tan real, pues el miembro del clan Israel omitió varias partes.

“Solo diré un par de cosas: yo a él lo conocí porque le vendí un celular, específicamente nos juntamos en el intermodal de La Cisterna y él fue con su mamá. Él era un niño, no tenía más de 18 años y por eso nunca me llamó la atención”, confesó. Pero ahí iniciaría el infierno, lo que —según ella— le ha provocado mucho “nervio” y “miedo”.

Un infierno

En una segunda conversación con nuestro medio, dio más detalles de lo sucedido, comentó que su encuentro fue alrededor del 2018-2019, donde se encontraron en el Intermodal de La Cisterna para la venta del mencionado celular.

“De hecho estuvimos mucho rato en el Intermodal porque él tenía una parte de la plata y la mamá tenía la otra, y como que se puso a discutir con la mamá y yo ahí en ese momento caché que el tipo era muy raro, había algo en él que no me gustó. De hecho, como que quería salir de ahí e irme”, recordó.

En ese momento, la mujer vivía en La Cisterna, lugar donde residía hace muy poco. Para su sorpresa, en ese tiempo, donde habitaba su hogar solamente con sus hijas pequeñas, le llegó una carta de amor y flores, algo que la sorprendió pues muy pocas personas sabían que se había cambiado a dicho departamento.

“Y ahí yo estuve todo el tiempo psicoseada, mirando para los lados, viendo si conocía a alguien. Salía todos los días temprano con mi hija para dejarla al jardín, al colegio, y yo de ahí para trabajar. A la vuelta era lo mismo, volvíamos de noche. Entonces podrá imaginar el miedo que yo tenía todos los días por eso, porque no sabía quién era, porque tenía mi dirección exacta, hasta el número del departamento”, enfatizó.

Tras eso, siendo una conocida tuitera, alertó sobre el tema. Y sería en esa misma red social que una amiga de este sujeto le habló.

“Ahora, después de eso, pasó un tiempo, un par de meses. Me habla una niña por Twitter y me dice: ‘Hola, ¿sabes que estuve viendo que habías comentado el tema de unas flores? Yo sé quién te las regaló’. Ahí me menciona a este tipo, en ese tiempo su arroba era ‘astroblema’, yo me acuerdo textual de su arroba, y me lo menciona. Me dice que eran amigos, que él había leído lo que yo había puesto, de que me había dado miedo la situación, y ella decidió contármelo como para que yo me quedara más tranquila”, dijo al Diario Pop.

“Listo, pasó el tema, pasa un tiempo y este tipo me vuelve a hablar pidiéndome disculpas, que nunca era su intención. No tengo la conversación, probablemente la borré, pero básicamente se disculpó, y la verdad es que yo no quise darle más bola y no le contesté. Simplemente que, efectivamente, lo que él comenta en la carta: él me pidió disculpas, yo no le contesté porque me pareció súper saico lo que hizo”, añadió.

Más tarde, cuadrando cómo Alexander supo su dirección, fue cuando compartió un código de Uber Eats en Twitter —ahora X— y, lamentablemente, cometió el error de no eliminar su dirección en el pantallazo. Posteo que estuvo solo unos minutos, pero sirvió para que Israel consiguiera su ubicación.

Nuevamente este 2025, cuando el nombre de ahora Keroppi volvió a ser viral por una carta de suicidio, los fantasmas del trauma volvieron a aflorar y se enteró de esa obsesión enfermiza.

“No, rarísimo. Que abrazaba la almohada pensando que era yo, ya… Todo eso a mí me generó una ansiedad tremenda cuando pasó lo de la carta, porque estaban todos hablándome: ‘Oye, ¿leíste esto?’”, sentenció.

Según la víctima, ella es solo una de tantas mujeres acosadas por este polémico personaje de internet. Y ojalá su testimonio pueda visibilizar esta problemática, afirmó.