Espectáculos

La Firme con Celine Reymond: “Soy muy obsesiva, muy intensa, y por eso muchas veces los hombres salen corriendo”

Con el estreno la audioserie El Último Palestino, volvió a actuar la protagonista de uno de los personajes más icónicos de las teleseries: “Me encanta ser mala”, asegura la ex-Primera Dama. La actriz repasa su vida y obra: “Siempre he sido una gran ridícula”, dice.

Entrevista en profundidad a Celine Reymond, actriz y artista diversa. Foto: Andres Perez Andres Perez

María José Celine Reymond Villegas (43), jugando al misterio y, con una cuota de gracia y vanidad, responde:

—No me acuerdo de qué edad tengo. Yo me acuerdo que nací nomás.

Sentada en un café, con varios árboles alrededor a pasos de Avenida Vitacura, la actriz mira un pájaro negro que anda arriba de un muro y salta, parlanchín, a una rama:

—Son lindos los tordos —comenta ella y, ya entrando al verano, supone—: Ese tendrá un nidito.

Se escuchan las metálicas voces de los tordos entre la arboleda junto al local, mientras, pasado el mediodía, ha salido el sol tras una mañana nublada y el calor crece. “No soy tan buena para subir cerros. Voy llorando. Pero quiero ser mejor. El próximo invierno quiero poder subir un cerro, fresco, verde —y todas esas cosas que me gustan—, pero sin llorar”, planea, desviándose de la pregunta inicial, como suele ocurrir a lo largo de la conversación con La Cuarta.

Por estos días, Reymond ha estado promocionando la audioserie El último palestino —ya estrenada en Spotify y Apple Podcast— primera que aborda la devastación real en Gaza, interpretando a “Leila Halabi”, una chilena de origen palestino que se entera que su familia allá fue asesinada en un bombardeo y sólo sobrevivivió un niño, Abed Halabi. En esta ficción, ella decide viajar en busca de ese sobrino, con todas las dificultades y peligros que implica la odisea, que es abordada en seis capítulos de esta primera temporada, en que además participan —entre otros— Francisco Melo, Ramón Núñez, Loreto Valenzuela, Matías Oviedo, Ramón Llao, Ricardo Meruane y Amaya Forch.

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De eso y mucho más habla, quien, adentrándose por distintos rincones de sus recuerdos, cuenta que hace poco estuvo en el Monasterio Benedictino, en el cerro Los Piques, en la precordillera de Las Condes: “Fui a pasar un fin de semana de retiro espiritual, y ahí vi parajaritos que no veía hace mucho tiempo”.

—Ponte tú, ¿cuál? —se le consulta.

—Codornices... ¡Codornices en Santiago! —cuenta— Y las veía en la mañana como mirando el paisaje, en total relajo. Y loicas, que no las veía hace tiempo, ¡desaparecieron! Desaparecieron de la ciudad. Había un huertito de olivos y ahí están todos los pajaritos que se escaparon de Santiago.

También menciona que hace poco anduvo en Concepción, en el Biobío, y asegura que quedó enamorada de la ciudad y sus alrededores, y que se adentró a un bosque por San Pedro de la Paz y apareció en una laguna ante una escena que la impresionó:

—¡Y vi las guaguas de cisne en medio del agua! —expresa—. Fue el highlight. No hay nada más lindo que eso: creo que lo necesitamos, todos, tener esos remansos y santuarios cerca.

En la entrevista para La Firme, Reymond repasa su historia desde chica, como una niña fantasiosa, lo que le implicó que sus compañeras de colegio la trataran de “mentirosa”; su temor de adolescente a los hombres de su edad, algo que sólo superó años después; sus estudios fuera de las universidades tradicionales, marcados por una estadía de Francia, donde tuvo a su única hija, se casó y luego regresó sólo con su retoña a Chile; su ingreso a las teleseries, paso marcado por su icónico personaje en Primera dama (Canal 13); su bulleado proyecto musical, Kali Mutsa; el pánico escénico; alejamiento de los melodramas, aunque con ganas de volver; amoríos y fantasía secretas, chistes (y no tan chistes), anécdotas, reflexiones, mea culpas y cuestionamientos varios, de aquí en adelante…

—Me encantaría hacer la Bomba 4, yo haría una bomba 4 feliz, ¡pero feliz! Obvio —bromea incluso antes de sacarse las fotos—. Encuentro muy lindo esos póster. La que puede puede; y la que no puede, también puede —Ríe a carcajadas.

LA FIRME CON CELINE REYMOND

Mi mamá dice que nací con los ojos abiertos. Mi hija, por ejemplo, nació con los ojos cerrados y después los abrió. Pero, según mi mamá, nací así mirando al doctor y dijo: “¡Oh!, esta niña será muy curiosa”. Y resulté ser curiosa.

El primer recuerdo que tengo es un perrito basset hound de mi abuelo, cuando se abría la puerta y estaba haciendo “guau guau”. Primero se murió mi abuelo, y él había pedido que cuando muriera el perrito se lo enterrara al lado suyo. Entonces es una tumba de perrito y abuelo.

"Resulté ser curiosa", evidencia Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

Me iban a poner “Celine” como primer nombre, pero después decidieron que no porque una amiga de mi mamá, una excompañera —que debe haber tenido unos 25 años—, dijo que me iba a decir: “Selimpiaelpoto”. Entonces, para que no me molestaran por llamarme “Celine”, me pusieron “María José Celine”. Pero: Celine forever. Nunca nadie me dijo “Selimpiaelpoto”. Cuento esa historia y la gente reacciona: “¿En serio? ¿¿¿'Selimpiaelpoto’???”.

Quise ser monja, ¡pero como todas la niñas! Al principio de mi vida yo tenía mucho amor por Jesús, y por su sacrificio y padecimiento. También vengo de una familia de muchas monjas y muchos curas. Mariano Puga es primo de mi abuela, pero él es demasiado cool. Tengo curas jesuitas y un montón de monjas en la galería familiar. No me revelé como contra eso, porque no era nada que me impusieran.

"Al principio de mi vida yo tenía mucho amor por Jesús", recuerda Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

¿“Yo no soy tu hija, soy hija de un hada que intercambió a tu verdadero hijo por mí”, le decía a mi mamá? No eso, lo escribía en mi diario de vida —¡muy dramático!—, el típico en que uno escribe como “nadie me entiende” o “verdaderamente soy hija de una revolucionaria de los Cárpatos”. Era una fantasía, una manera de ficcionar el no sentirme comprendida... ¿pero quién no se ha sentido incomprendido por sus padres? A todas las edades. Yo siempre, en todas partes, siempre me he sentido... Igual uno habla de eso y es demasiado ridículo y patético, de que uno se siente “incomprendida”... O sea, no tengo nada que decir que “me siento incomprendida”; no soy parte de ninguna minoría ni nada... Sólo quería sentirme especial, y escribía todas esas cosas, y las leía sólo yo; tenía un cajón con llave: mi mamá nunca pudo leerlas.... ¡Las publicaré!... No, qué estúpida, ¡no! Hay que cachar si las cosas son buenas o no, ¿a los 8 o 9 años? ¿A quién le interesaría? A mí nomás.

Mis mentiras eran tan rocambolescas cuando chica que las que me creían eran estúpidas, jajaja. Una vez invité a unas amigas a mi casa a disfrazarse, y les dije que tenía ALTOS disfraces, una cola de sirena real y que había un oso panda en mi jardín, y cuando llegaron: “Oye, ¿dónde están las cosas que dijiste?”. Y al otro día para siempre me hicieron mierda porque había mentido. Pero yo encontraba que: ¿por qué no? Decía que tenía un columpio de nube, ¡y todas me creían! Una vez encontré un candadito turquesa en el suelo y me lo colgué con una lana, y todas las niñas querían ponérselo, y decía: “Cuídalo, porque me lo dieron en una coronación en otro planeta”. Y la gente así como: “¿En serio? ¿Eres una princesa interplanetaria?”. Y yo decía que “sí”. Después hablaban con su mamás y me encaraban: “Oye, ¡mi mamá dice que eres una mentirosa!”. Pero mentía con cosas fantasiosas... ¡Las que me creían eran las estúpidas!, jaja.

"Mentía con cosas fantasiosas", recuerda Celine Foto: Andres Perez Andres Perez

Usaba el pelo rapado. Me decían: “¿Qué estás haciendo?”, que me veía “horrible” o “con un problema de salud”. Aparte me lo corté mal, con pelones. Después me lo rapé bien. Para mí, yo me veía igual Nefertiti, jajaja. Tenía una obsesión con el Antiguo Egipto. Me encantaban los egipcios y los faraones. Todo eso me rayaba. Acorde con eso, me rapé, porque era lo que hacía la gente que subía al poder, y usaba aros largos de turquesa. Esa era mi volada.

Mi familia no era de artistas ni nada, pero había muchos libros en mi casa. Leía a (Arthur) Rimbaud y a los “Poetas malditos”, pero también a la Gabriela Mistral y a Pablo Neruda. Era una niña. Me gustaba leer, pero no de posera. Y estaba en un taller literario. A mi papá le gusta mucho leer, pero, sobre todo, eran libros que venían por herencia, entonces tenía libros muy viejos, de todo tipo, que venían con los diarios y las revistas. Todo eso yo lo tenía.

Escribía cosas, y les hacía los dibujitos a los cuentos. Pero después lo quemé en mi etapa —todavía— más ridícula, más como “me odio” o “no quiero que exista ningún registro de esto”. Siempre he sido una gran ridícula.

"Siempre he sido una gran ridícula", dice Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

En la adolescencia no era nada de sociable, ¡nada! Nunca salí con nadie, nunca fui a fiestas, nunca fui a hacer nada... ¡nada, nada, nada! Tenía un problema de timidez con el género masculino, con los hombres de mi edad, que después se me quitó; pero durante los años que estuve en el colegio de mujeres, en el Apoquindo —que ya no existe Y era súper pinochetista— yo trabajaba en la librería y en el (Instituto) Chileno Francés; y si me hablaba uno, me ponía roja y no podía responderle. Cuando mis compañeras se empezaron a juntar con hombres las hueviaba como: “¡Ay, se están juntando con hombres!”, de envidiosa y celosa; y la agarraron conmigo y me amenazaron con hacerme fama de “perra” y me decían “eres lesbiana”. El temor a los hombres se me pasó en la escuela de teatro, en La Mancha, el segundo año. El primer año estaba así como: “¡Él me miró! ¡Él me habló!”. Escribía en mi diario y era como softporno, JAJAJA. Los hombres eran una cosa con la que no podía lidiar, eran un ser extraño al que no sabía cómo hablarle. No he ahondado tanto en el porqué.

Para estudiar Teatro me apoyaron al tiro mis papás. Yo creo que no pensaban que podía dedicarme a otra cosa, JAJAJA. Me iba pésimo en todo. No me dieron Ritalin nunca ni nada. Tenía un problema con las materias “abstractas”, como las Matemáticas y la Física; y la Química no porque —para mí— era de “bruja”, y me encantaba química, y me iba bien. Y Castellano, leer y todo eso era mi fuerte.

Creo que tengo TDAH, o cosas así. No me las han diagnosticado 100%. Pero hace poco me hicieron un test con un psiquiatra y tengo que empezar a tomar la pastilla de la concentración.

"Los hombres eran una cosa con la que no podía lidiar", confiesa Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

Me fui a Francia a los dieciocho años, terminando el colegio. Me enamoré de un desconocido (que después lo conocí), ¿porque se parecía a “Aureliano Buendía”? ¡Eso lo dije cuando era demasiado ridícula. No: yo sentí que era demasiado interesante, el típico parisino, mucho mayor que yo (como catorce años de diferencia), y lo encontré súper bonito. Pero yo tenía muy poca edad y me casé. En los papeles estuve casada diecisiete años, ¿y en la vida real? (Pregunta reportero). Tres. Él vivía en Inglaterra y yo en Francia, y nos veíamos cada ciertos días. Desde el nacimiento, hasta los tres años de la Alma, él estuvo ahí. Y me devolví con mi hija.

Tuvimos que volar, por mi matrimonio: al papá de la Alma le dieron una pega en Berlín y nos fuimos a Alemania un tiempo. Yo no hablaba alemán, y estaba muy “pateando la perra”, así como “¿qué voy a hacer acá? Yo quiero ser actriz”. Él me dijo: “¿Para qué? Si eres mala actriz”, y yo como: “¡¿Pero cómo sabes si nunca me has visto?“. Por eso me separé po’: ya era mucho el bullying. No era un buen chiquillo para mí.

Un químico en Berlín me encantó (me gustan todos los hombres) pero yo estaba casada; no soy una casquivana. Me alejé de él, pero con el corazón ardiendo, doliendo, y seguí mi vida nomás. Me vine de Berlín a Chile, no desde Francia.

"Yo tenía muy poca edad y me casé", cuenta Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

No sé qué fue de mi exmarido. Yo creo que está en un lugar mejor... ¡está vivo! Pero es complicado: no fue parte de la crianza. Uno siempre querría tener a la contraparte, porque es muy difícil criar a un ser humano, a nadie le enseñan. Y sobre todo, si era más mayor que yo, quizá podía tener más experiencia de vida y ayudarme... Pero no había posibilidad de hablar con él mucho. No fue fácil. Pero tampoco sé cómo sería con alguien; quizá también es apestoso... No me atreví a quedarme allá, porque no tenía redes, nada ni nadie. Me dijo que si me separaba de él no me iba a ayudar o que me “olvidara” de él; las típicas cosas que dicen los tóxicos o hueones de mierda. No tuve la valentía de quedarme. Si hubiese sido más valiente, quizá me hubiera quedado. Acá estaban mi mamá, mi papá y compañeras.

Me había enamorado de un vecino chileno cuando me fui a Francia, y por eso decidí volver a Chile. Pésima decisión, pero buenísimo haber estudiado en La Mancha (en Camino a Farellones). Es un método distinto, que no está avalado por el Ministerio de Educación, que me parece una VERGÜENZA, porque es un método distinto de pedagogía, pero se llega al mismo final. Son dos años en vez TODOS LOS AÑOS que le gusta al Ministerio que uno estudie y pierda todo su dinero. No tengo título. Es el “método Lecoq”, que tiene que ver con los estilos teatrales clásico europeos. Fario Fo, un premio Nobel italiano, que hacía teatro del absurdo, y (Jacques) Lecoq, hicieron este método, que es acercarse al personaje desde lo pictórico, desde el animal, el color y cosas más de afuera. Te enseñan a tener una maleta de materiales con los que trabajar. Muy interesante.

"No fue parte de la crianza", dice Celine sobre el padre de su hija.

Viajé 22 horas en un bus de Santiago a Buenos Aires para bailar tango. Unas amigas que estaban allá me dijeron que me podían alojar. Me encantaba el tango en esa época, y dije: “Ay, qué bacán”. Traté de hacer todas las clases de tango que pude, ¡bailé con ciegos!, y fui a las milongas. Después no lo bailé más, JAJAJA, porque —creo— empecé a bailar danza del vientre.

Cuando estuve en la primera teleserie, Descarado (Canal 13), dije: “No me voy a llamar María José Reymond!, ¡el día del p***!”, porque me llamo Celine. Quise hacer justicia por mí misma, porque es el nombre de mi mamá. Siempre me he autopercibido como Celine. Y siempre fui la “María José chica”, y es una lata eso. No hay que repetir los nombres, encuentro yo.

Actué en Descarado, después Alguien te mira (TVN) y etcétera. De Hijos del monte me salí porque tuve una operación. Justo antes de que se terminara la teleserie la alargaron, y yo necesitaba ese tiempo para la rehabilitación. No es que yo me salí: pedí dos semanas de licencia y me dijeron que no. Querían que hiciera todo lo que me quedaba de la teleserie en tres días, 50 escenas, y dije: “No puedo”. Para mí era muy importante darle tiempo a la recuperación. La historia se contó así como que “yo me había ido y que había dejado todo botado”. Pero si te dicen: “No te damos dos semanas de licencia, y tienes que hacer todo lo que te queda en tres días, y estás diciendo que necesitás licencia...”. No tiene lógica.

"Me encantaría hacer radio", cuenta Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

Vino Primera Dama (Canal 13), y mi personaje (“Sabina”) es muy icónico, y no sé por qué: era una trepadora, una usurpadora, no daba puntada sin hilo. Me encantan esos papeles. Me encanta ser mala, porque encuentro que las personas son así po’. Se tiende a pensar en “la buena y la mala”; la mala también es buena, también tiene su herida y es mucho más interesante. Siento que la hice desde ahí.

En Papudo estuve viviendo con una familia de pescadores para trabajar el personaje (“Sabina” provenía de una caleta). Quería entender bien. Y yo voy con todo a las cosas. Soy muy intensa. Me imagino que era parte de esa intensidad. Me meto harto en las cuestiones, siempre hago esas cosas. Para Gen Mishima (TVN) me metí a estudiar espada china. Trato y, tristemente, no sé si resulta tanto. Soy muy obsesiva, muy intensa y, por eso muchas veces los hombres salen corriendo de mí, jaja. No he cambiado yo creo. Quizá no necesito hacer esas cosas. Quizá ahora es más hacia adentro todo, más desde la madurez o la profundidad. Antes era media: “Iré y estaré al lado de los pescadores” (Pone una voz inocentona).

Soy bien insegura con mi trabajo. Herval Abreu me guió mucho. Fue muy buen director conmigo. Como él tiene toda esa cosa de que viene de Brasil, y su papá, Dona Beija, y todas esas son teleseries con las que crecí, entonces tenía un aura mítica para mí. Hemos conversado por Instagram y cosas así. Todo se acabó después de esas acusaciones. Tengo que decir que a mí él me respetó siempre mucho.

"Nunca he sentido que he estado en un peak de nada", dice Celine.

Primera Dama reposaba mucho en el personaje mismo, entonces era mucha carga de trabajo, pero lo pasé bien. Fue muy genial. En esa época terminé con un pololo que tenía, Marko Zaror, y salió en Las Últimas Noticias, que fue PATÉTICO para mí: “!¿Qué es esto?!”, pensé, porque encuentro que no era fidedigno, como que yo me “ARRASTRABA POR EL CANAL”. Lo leí. Se lo sacaron del hoyo, porque yo nunca hice una entrevista con ellos. A la Carolina Arregui le preguntaron y ella como: “Aquí la estamos conteniendo...”, tratando de ser buena onda. Pero yo no andaba llorando por el canal. Fue un término nomás, que fue mediático, y se hizo toda una chulería muy grande. Estuvimos juntos un año y tanto.

Nunca caché cuando fue mi peak mediático, ¿cuando salí en la portada que “Celine Reymond está triste por Marko Zaror”? Ese fue mi peak mediático, ¡pero pa’ abajo! Fue mi gran humillación papal... Nunca he sentido que he estado en un peak de nada... ¿Quién puede sentir eso? Hay actores que son mucho más reconocidos, y llegan y les gritan. Nunca me ha pasado eso, y está bien, ¡por suerte!

¿Hubo un antes y después de Primer dama? No, porque ahora no salgo ni siquiera en la tele. Siempre hay mucho amor de la gente. La gente me reconoce, algunos sí y otros no. No sé si alguien me mira porque soy/fui famosa, o porque soy muy linda, ¡pero linda y vieja! ¡Ya fui! Por eso quizá un caballero me estaba mirando como: “Mmm... una señora” (Pone voz de intriga), JAJAJA.

" No se si alguien me mira porque soy/fui famosa", observa Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

Estuve en una teleserie en Argentina (Los Únicos, de villana), que fue una experiencia muy corta: el día que me mataban me dijeron que me mataban, y yo: “¡¿Pero cómo? ¿No voy a seguir en la teleserie?!”. Entonces traté de decir antes de que me mataran: “¡Volveré!”.... y lo cortaron. Grabé cuatro o cinco meses, pero cuando salió al aire, le fue mal la huevada, y la cortaron el tiro. Los cortaron a todos, ¡no sólo a mí!

Siempre ma ha gustado mucho la música de los Balcanes, gitana, árabe y, dentro de la árabe, la egipcia, y las cantantes libanesas. Kali Mutsa (su proyecto musical) fue una inquietud personal y dije: “Si yo pudiera hacer mi propia mezcla”, y decidí que “voy a llamar a un productor, y empezaré a ver si puedo, y sería interesante la parte estética y de los videoclips”. Era lo que me interesaba. Y justo se dio que fui a un concierto y conocí a los músicos de Goran Bregovic, y yo en esa época era muy linda, y ahí pude hacer mis orgías... No, ¡ya!, no hice ni una orgía: todo muy fome y aburrido.

Se burlaban todos de mí por Kali Mutsa. Me acuerdo que el productor de la Francisca Valenzuela, Vicente Sanfuentes, cuando hice mi primer concierto en el Amanda —que me lo consiguió la Javiera Díaz de Valdés—, puso en su facebook: “Ahora sólo falta que ‘Pollo’ Valdivia lance un disco”, jajaja. Obvio que esas cosas me afectaban, ¡imagina que te hagan bullying por cualquier cosa que haces! Entiendo que era una propuesta ridícula quizás, viniendo de una actriz de tele. Trato de pensar si yo viera eso, pero: era una cosa que yo quería explorar. Y la exploré, y listo: le habrá gustado al que le habrá gustado, y le habrá cargado al que le habrá cargado. Tuve harto bullying en esa época.

Celoine recuerda que su proyecto Kali Mutsa le significó algunas burlas.

Soy desafinada. Pero tengo una voz interesante, un poco de cabra o de oveja, y la voz de Kali Mutsa la intencionaba para allá. Tengo una voz nasal. Pero no soy una gran voz, y conozco grandes voces. Estoy tratando de amigarme con mi voz. Y por eso tengo una profesora, Alice Abed, una cantante increíble y canta con las escalas orientales —o Maqam—, que hay miles y millones, entonces encuentro que la voz se va acondicionando mejor.

Quiero sacar de Spotify a Kali Mutsa, porque nunca recibo ni un peso; y las escuchas le llegan a Spotify, y tampoco tengo tantos escuchantes como para que se lleve mi plata... me podrían pagar algo. Prefiero Bandcamp, que ahí he ganado más plata.

Nunca la pasé bien cantando. Estaba en el escenario pensando en que pasara rápido el tiempo. Pero hacer las cosas, fabricarlas, la parte creativa, me gusta mucho. Ahí no hay nadie que te esté mirando. Me gusta más. Estar en un set de grabación tampoco, porque hay muy poca gente, y empiezas a verla todos los días, te van dando feedback o te sientes en confianza. En cambio, en un público nuevo que no has visto nunca... no sé... pienso que me van a tirar algo: un tomate... Me da una sensación de mucho miedo. No sé cómo explicarlo. Pero tengo ganas de que se me quite. No sé qué puedo hacer. Quisiera trabajarlo. Lo que he hecho es alejarme de eso, jajaja... No sé si soy tan buena en vivo. Pero me encantaría hacer una obra de teatro que fuese buena y en la que tuviera que actuar, y que no me dieran nervios.

"Soy desafinada, pero tengo una voz interesante", analiza Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

A los 27 años hice mi segunda obra de teatro, porque tengo pánico escénico, y voy a tenerlo para siempre, creo. No he hecho más teatro. No quiero decir que me cierro a perder mi pánico escénico, porque también tenía pánico de volar (eran llantos y rezos), y ya lo perdí. Los pánicos se acaban, pero no sé cuándo se me acabará el pánico escénico.

Hice Dioses suicidas con la Paloma Moreno. Cada vez me era difícil entrar al escenario. Tomaba Rivotril, vodka y cosas que no hacen bien al hígado. No me relajaba, ¡ni siquiera eso me servía! Era más grande el pánico que cualquier cosa que pudiera tomar. Y no es la idea: conozco a Lido Pimienta, una cantante colombiana, y hablábamos de eso, y ella cuando abre la boca sale un pájaro: es una huevona de un talento (enorme) y su lugar en el mundo es el escenario. Cuando escuché eso fue como: “¿Mi lugar es el escenario?”. Empecé a pensar que quizás mi lugar es atrás de las cosas: no adelante, no siempre, pero sobre todo en estas cosas en vivo.

No he rechazado muchas cosas en teatro, simplemente no me han llamado, JAJA.

"Cada vez me era difícil entrar al escenario", dice Celine sobre el teatro. Foto: Andres Perez Andres Perez

No estudié Publicidad, me puse a dirigir publicidad, en el 2022, después de Secretos de familia (Canal 13)... la patuda. Me metí a ser directora de publicidad, porque quería aprender los aspectos técnicos de una producción. Me sirvió en eso y en cómo se habla bien con los actores, porque en eso estamos al debe: dirigir bien a los actores es toda una ciencia. Hay muy pocos directores que puedes decir: “Wow, le está hablando al actor, a la actriz, le está haciendo entender todo desde un lado, y sentirte parte”. Y en la publicidad hay gente que ni siquiera es actor o actriz, e igual necesita sentirse en confianza, y necesitas que saque todo para que se sienta bien y se sienta parte. Me gusta mucho trabajar así. Descubrí que me interesaba la dirección de actores y cosas así.

Hice cuatro cortometrajes expermientales, uno que se llama Melodramas; otro que es Habibi Siddo, que es una carta a mi abuelito; otro, Aloes; y Nadie sabe de mis cosas, en honor a la Blanca Varela, la gran poeta peruana, que es título pero se trata de otra cosa. Melodramas quedó en el festival de Valdivia, y también lo mostré en Biobío; pero es una volá, una pelada de cables.

Me enojé con unos vecinos porque cortaron un árbol, e hice el corto Aloes. Me decían que me iban a multar y poner una demanda porque yo estaba pasando por encima de su “privacidad”, y me pelié con un vecino y me dijo que me fuera porque nadie me quería, JAJAJA, ¡y no era cierto!... Pero bueno, la cuestión es que ocupo una conversación que hubo con los vecinos en la que, sin razón, dijeron: “Oye, vamos a cortar estas plantas que tienen 50 años porque son muy feas, muy grandes... saquémoslas”. Ahí partió y dije: “Ay, no, yo tengo que archivar, registrar esto, de estas plantas tan maravillosas y este jardín tan antiguo”, y fui a ver al jardinero que las había plantado. Me importan esas cosas que a nadie le importan... y que son huevonas y estúpidas y no sirven para nada (Se enoja ante la indiferencia y apatía ante el verdor de la ciudad).

"Descubrí que me interesaba la dirección de actores y cosas así", dice Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

Obvio que me interesa actuar en las teleseries. No veo tanto las teleseries. No consumo tanta ficción. Me gusta mucho ver documentales. Ahora vi el de “Puff Daddy” —el ícono del éxito del hombre negro, el imperialista de la cultura, y es un gran mafioso—el que mató a Tupac Shakur; estaba bueno. Me encantan las historias del rap.

No he vuelto a las teleseries porque no me han llamado. Le escribo a la “Quena” (Rencoret, de Mega), pero no sé... Quizá pasó la época de uno nomás, ¿o no? Ya no están las revistas, La Cuarta ya no es La Cuarta, hay un canal que hace teleseries, y cada vez el espacio se está reduciendo más. Me encantan las teleseries verticales. Ojalá pueda actuar en alguna, porque QUIERO ACTUAR. Me gustaría actuar en lo que me llamaran. No le hago el quite a nada. Nadie en Chile está como: “Esto no está en mis estándares” o “no me interesa el proyecto”. Todos hacen todo. Es un lugar donde es difícil desarrollarse porque no hay producciones que se estén haciendo.

En El ultimo palestino, “Leila Halabi” es una mujer muy estilo Elizabeth Kassis, por los dos lados palestina, chilena, pero con una conexión muy fuerte porque su familia es de allá; pero de 40 y tantos años, ya está en su segundo matrimonio, es una mina que tiene las cosas “resueltas”. Pero no tanto porque ella se ofrece y parte a buscar a este niño (un sobrino) a Gaza cuando todavía se podía entrar con “coyotes” (ya no se puede); y muy ingenuamente, sin imaginarse que esa huevada iba a ser casi imposible. Lo lindo es esa especie de inocencia, de pensar: “Ah, ya, iré, me lo traeré pa’ acá, y lo adoptaré, no puede estar solo...”. Una cosa de persona bien pensante.... y encontrarse con el mal del sionismo.

"No le hago el quite a nada", declara Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

Nunca había hecho una audioserie, sólo hacía la voz de Gabriela Mistral en Poema de Chile —¡fantástico!—, ¿pero una audioserie?, nunca, ¡y me encantó!, y quiero hacer más. Ahora me llamaron, pero tendría que preguntarles el porqué a ellos (Pedro Covián y Omar Núñez), porque no sé si yo era la primera opción, porque yo no tengo tantos públicos, tantos seguidores ni estoy en la tele: no soy tan famosa como otras personas. Importan bastante los seguidores. Yo tengo como 17 mil. Nunca me acordé de la password de mi otro instagram —tenía como 60 mil— y ahora no puedo entrar a ese, entonces tengo que tener el otro.

El podcast está pensando para una segunda temporada. Todo depende, porque me encantaría que se explicara el arrojo de “Leila”, que creo que viene de algo que pasó en su familia hace decenios, 50 o 60 años atrás, porque muchas familias palestinas llegaron a Chile en esa época, después de la Nakba y del 67. La familia de mi abuelito llegó en 1909, cuando no existía Israel: era otro mapa.

Mi abuelo, que no es mi abuelo de verdad, que crió a mi mamá y sus hermanitos (no es mi abuelo de sangre), es palestino. Pero no porque sea palestino yo apoyo a los palestinos. De hecho, creo a cualquiera lo que se le alimenta, y nos cuentan, es que las únicas víctimas posibles son los sionistas. Y no es verdad. Creo por lo único que ha valido la pena de esta gran masacre es que se cayó la venda de esa ocupación.

"No soy tan famosa como otras personas", analiza Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

¿Antisemitismo? Está mal usada esa palabra: hay una especie de antisionismo, porque los semitas son los palestinos. Los otros son polacos, ucranianos, rusos, alemanes, europeos... Los judíos son una religión, no una raza. Hay toda una cosa ahí que tiene que ver con una manipulación que me interesa mucho descubrir y entender bien. Todos los judios venían de distintas partes y tienen una religión en común, y la cultura que tiene común es el sionismo. ¿Los de Israel? El 90% (son sionistas). Las encuestas lo dicen, no yo. Haaretz, el periodico más antiguo de Israel, acusa el sionismo. Es interesante ver que dentro de Israel hay gente despierta y que entiende estas maquinaciones.

Todos somos muy empáticos con el Holocausto​ y con el sufrimiento judío, y eso me tocaba de una manera muy especial, de hecho, de repente tenía discusiones con mi abuelo de eso, y encontraba: “Pobre pueblo judio”. Después entendí que el Holocauso no tiene nada que ver con la ocupación de Palestina". “Palestina ocupada” (refiriéndose a Israel) es una manera de Occidente de tener el control de esa zona geopolítica. El tema es que había personas ahí viviendo; no puedes construir ahí una sociedad que, aparte, participa de la Eurovisión y de la Eurocopa: obvio que son europeos, ¡basta! Hay que empezar a hablar las cosas como son.

"Entendí que el Holocauso no tiene nada que ver con la ocupación de Palestina", analiza Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

No soy anti judía ni anti nada, sólo soy un ser humano, he estudiado y me he dedicado a entender bien porque es algo que siento que lo puedo ver, que creo que hay que sanar en el mundo. Por ejemplo, en el 2008 yo estaba estudiando árabe. Antes no cachaba nada, era de manera mucho más romantizaba, romantizaba todo y no sabía nada; y ahora entiendo mucho mejor cómo están construidas las cosas: de una manera su súper injusta para los palestinos.

Como son tan resilientes y elegantes los palestinos, se casan y hacen fiestas igual. Están acostumbrados. Gaza está poblado en su mayoría por refugiados que llegaron de otras partes de Palestina; ya están en un lugar que no es donde vivieron sus abuelos: generaciones de despojados. Tienen que encontrar alegría y algo normal, y por eso las palestinas tienen tantos hijos y todo eso, porque hay que seguir viviendo. Los palestinos tienen que seguir existiendo y reproduciéndose.

Tengo mi instagram privado porque no quiero que me molesten los sionistas. Me han escrito cosas. Insultos. A veces respondo, y a veces sólo lo leo, le saco un pantallazo y es mi prueba de que estas personas no tienen humanidad.

"No soy anti judía ni anti nada", aclara Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

No soy activista. No soy buena para hablar, no estudié en la universidad ni siquiera, no soy universitaria, no soy una persona que tiene las “credenciales” para estar dándoselas de activista. El activismo creo que es algo muy serio, y yo soy sólo una ser humana con un pensamiento que se ha transformado en crítico, porque me he puesto las pilas. Creo que todo el mundo lo debería hacer, para entender bien; estamos alimentados por una cosa que no es totalmente real.

No fui a la universidad, entonces tengo que desarrollarme: es mi “deber” como profesional. Siento que me ha penado no haber ido a una universidad, totalmente: me siento más tonta, más poco preparada. Sufro de eso. Nadie me ha dicho: “¡Tú no fuiste a la universidad!”. Pero siento que igual pesa, porque no me comunico tan bien, nunca he aprendido a hacer un ensayo ni a hacer cosas que te enseñan a hacer en la universidad. Siento que me hubiese beneficiado mucho en el cerebro tener una formación académica, e igual ser creativo. Uno aprende todo eso, y después lo bota; pero tienes esa formación dentro, y eso se nota. Se nota la gente que pasó por la universidad, o por lo menos para mí: se nota. Casi que le pido autógrafo a la gente que sé que fue a la universidad. Lo encuentro muy: “Qué heavy que pasaste por esos años y te dieron un diploma, un título, eres una persona respetable, puedes ser profesor y hacer millones de cosas”. Siento que la no-instrucción no es algo que me haya beneficiado. ¿Haber estudiado en Francia no cuenta? (Pregunta). Estudié un curso en una escuela de teatro, ¡no! No fue algo que me haya dado un diploma o algo así. Siento que estoy al debe en eso.

Quizá cuando vieja, en la jubilación, si se me da la posibilidad de ir a la universidad, la voy a tomar. De todas maneras que terminaría mi vida estudiado, porque lo encuentro muy entretenido y bonito, ir hacer, las universidades y el estudio. Me encantaría saber más.

"Me encantaría saber más", dice Celine sobre sus ganas universitarias. Foto: Andres Perez Andres Perez

Si soy insegura, es porque tengo razón de ser insegura, por un montón de cosas: si soy insegura es porque no doy la talla o no estoy a la altura. Siento mucho eso. ¿Siento que no he dado la talla realmente en algo? (Pregunta reportero). No lo sé. No podría decir qué es lo que viene primero. Pero sí siento que soy muy insegura, pero tampoco me gusta la gente segura y que es como “¡ay, por favor!”. Cuando uno es inseguro ayudas a la gente a que no te tenga que ver en cosas tan patéticas: uno se autocensura más y mejor... ¿Me autocensuro?... No, no me autocensuro tanto, ¡para nada!

Soy muy insegura con el cuerpo, ¡atroz!, muy insegura. Con los años eso ha aumentado, peor, cada vez peor. Ojalá tuviera alguna intervención estética. Antes yo iba donde una masajista, cuando tenía dinero y era pudiente, ¡fantástica!, que hace drenaje linfático, demasiado bueno para gente que tiene retención de líquidos —como yo, y muchas mujeres, en la perimenopausia—. Pero ahora ya no puedo. Hago yoga. Pero todavía no me considero tan exquisita mina rica. Me cuesta. No siento que sea por una cuestión social. No soy alguien que esté así como “puta, sí, quiero mi cuerpo tal como es”. No. El body positive no ha llegado todavía a mi mente. Yo, por ejemplo, no me pongo traje de baño en la playa, soy de esas personas que se bañan con short y polera... patético po’.

"El body positive no ha llegado todavía a mi mente", dice Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

¿Estoy emparejada? ¿Soltera? (Pregunta reportero) ¿Mi corazón está tomado? No es lo mismo... Prefiero no contestarlo.

Nunca me he casado de nuevo después de la primera vez. Me casaría de nuevo.

No quise tener más hijos. En una entrevista con Jaime Bayly dije que “lo único que quiero es tener más hijos” (2012)... ¡Con él! JAJAJA. Esa era la idea. Ahí yo estaba full tirándole los cagados. Obvio que me gustó. Es que es un encanto. No me invitó a salir: yo me invité a salir con él, pero después él no pudo —o no quiso yo creo—. Yo estaba dispuesto a todo y más.

"Me casaría de nuevo", contesta Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

Mi hija tiene 22 años y estudia para ser montajista, editora. Es su época: todos los chicos y las chicas hoy saben editar. Pero ella está estudiando cine.

Ahora voy a Francia, iré a ver a mi hijita, que estudia afuera; es francesa, y tiene el derecho allá. No sé si se quedará viviendo allá. Me da una pena horrible, estoy muy nido vacío; de hecho me acuerdo y... (Se emociona). Está viviendo allá desde el 2022, pero nos vemos visto, y la fui a dejar y toda la cuestión. Pero me hace mucha falta.

Soy bien dispersa. ¡Todos tienen TDAH hoy en día! Siempre he sido dispersa y desconcentrada. Me cuesta mucho entender las cosas. O aprender cómo funcionan las redes sociales. Sé que hay toda una métrica detrás y yo nunca entiendo eso. Ni siquiera sé leer bien la hora.

No es que sea dispersa porque quiero ser dispersa, sino que siento que tengo que diversificarme más para tener más distintas pegas. Siento que viene de ahí y que, justo, hay cosas que me dan curiosidad y que podría desarrollarlas. Como actriz tampoco es que me estén persiguiendo los directores o algo así. Hay que buscárselas. ¿Surge de algo más económico? (Pregunta reportero). No económico, sino de poder desarrollar otras (aristas).

"Como actriz tampoco es que me estén persiguiendo los directores o algo así", transparenta Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

Hice un curso de doblaje y locución. Lo terminé. Me gané una beca de Chile Actores —que siempre hace esas cosas bacanes de becas—. He trabajado mucho en locución, para documentales; e hice Poema de Chile, de Gabriela Mistral, ¡todos los poemas! Fue fantástico. Encuentro que Poema de Chile lo deberíamos saber como el Corán. Debería ser nuestro Corán. Si te gusta el paisaje chileno, Al sur del mundo, La tierra en que vivimos y todo eso, léete Poema de Chile. Si nosotros supiéramos Poema de Chile, de memoria, ¡todos los chilenos!, seríamos de otro calibre.

¿Por qué me alejé del baile? Siento que no tengo tiempo para pasarlo bien. Siento que tengo que concentrarme en otras cosas, porque necesito ganar dinero.

Me encantaría ser conductora de radio. Pero nunca me han elegido. Hice un casting, que me dieron un texto y hablaba. La chica me dijo que yo era muy chistosa, pero que eligieron a otra. El otro día le escribí, y me dijo que (por ahora) no está buscando a nadie. Pero me encantaría hacer radio.... Quizás la tengo que hacer yo la radio... Un podcast me encantaría. Quisiera hacer algo. Tengo unas ideas nomás.

¿Nunca he pensado dedicarme a la comedia? ¿Al stand up? (Pregunta reportero). Imagínate que me pifien... ¡No, no, no! El día del p***. Con el pánico escénico que tengo, ponerme a hacer "shistes", y que la gente se quede mirándome así como “no es chistoso”... No sé, tendría que tener a alguien que me acompañara.

"Me encantaría hacer radio", cuenta Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

¡Obvio que hay que hacer un reality de actores! Sería increíble. Metería a todos los actores sin pega po’: ACTORES CESANTES. Y tendría que tener documentales de la vidas duras y sus problemas. Igual la gente chilena odia a los actores. Me he dado cuenta de que nos encuentran unos hueones de mierda, unos “caviar de izquierda” y cosas así, y sienten que no estamos conectados con la realidad, quizá. Pero no es mi caso, ¡y no es el caso de muchos! Entonces me encantaría que hubiese un reality. Encuentro que sería muy bonito un reality que hablara del oficio del actor, y poner en competencia sus capacidades y oficios, haciéndoles hacer escenas de teleseries icónicas, monólogos o cosas así. Sería increíble. Y preguntarle a la gente qué les gustó de la interpretaciones de tal o cuál. He visto pedazos del reality, que son puras peleas, e igual los actores se pelearían, ¡y Dios mío qué peleas serían! Pero quizás habría más temas que hablar. Ahora hay uno de cocina (El internado), pero nadie habla de comida ni de la cocina. Y está bien, pero eso + actores haciendo escenas: no hay nada mejor... Es una buena idea, pero nadie me la puede robar, porque la inventé, ya tengo todo escrito... La he propuesto, ¡pero nadie me ha pescado!

Llevo mucho siento vocal de mesa, no sé por qué, habría que preguntarle al Servel. He llegado al Servel y me dicen que no tienen “nada que ver” con eso, jajaja. Para este domingo no fui vocal de mesa.

Voto en Puchuncaví. Mis papás viven allá. No voy seguido. Me encantaría vivir en la playa. El otro día estaba viendo un documental de Alberto de Agostini, Tierras magallánicas, un señor que en 1915 filmó a los selknam y a los yámanas, en Ushuaia, en el Puerto Williams y toda la zona, y los hielos eternos, y dije: “¡Oh!, me encantaría vivir en un lugar muy escondido”. No sé si en la Zona austral, pero me encantaría vivir en un lugar que fuera de mucha naturaleza.

"Me encantaría vivir en la playa", cuenta Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

¿Me considero pituca? ¿Qué ser “pituca”? No sé por qué Juan José Lavín me dijo “pituca” (en Todo va a estar bien). Pero sí conozco gente pituca. No sé si “pituca” es peyorativo o es algo bueno. No sé qué es ser pituca. Pero me interesa eso, porque hay mucha cosa de “el cuico”, “el pituco” y “el zorrón”: es bien vilipendiado, ¿pero un “zorrón” es “pituco”? ¿Soy un “zorrona”?... Puede ser que lo sea, quizá, pero no quiero definirme como una persona “pituca”... ¡Ojalá fuera pituca! Ojalá fuera muy pituca.

¿Cómo soy con la plata? Soy una persona que paga todo, o sea, que está siempre pagado: llega la plata y hay que pagar todo.

Dejé de fumar y de tomar alcohol, porque me dolía el hígado, en el 2022. Es que me vino algo: me tomé un pisco sour catedral, me fumé un cigarro sabor sandía y mi cuerpo dijo: “Adiós”. Me dio una gastroenteritis fuerte, fue muy guacalá y le agarré asco. No fui a urgencias ni nada, sino que fue como: “Ya, esto tengo que pararlo”. Lo paré y nunca más lo retomé. Y me encanta. Es que no puedo: pienso en un copete y me dan ganas de hacer caca. Y el cigarro me duele, pero sí me gusta mucho la marihuana, es la única cosa que consumo de “fiesta”, en una cosa social, y agua mineral. No soy nada de carretera: no podía hablarle a los hombres, ¿qué carretera voy a ser? De repente me gusta, algún pitito, agua mineral con gas, ¡dándole!

"Me tomé un pisco sour catedral, me fumé un cigarro sabor sandía y mi cuerpo dijo 'adiós'”, cuenta Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

¿En qué momento de mi vida me siento? Perimenopáusica. Me dan bochornos, me dan ganas de llorar... pero igual funciono. Y con muchas ganas de aprender cosas, que creo que nunca se me pasará, POR SUERTE. Estoy como en búsqueda de un trabajo estable, que igual lo tengo, porque trabajo en una biblioteca.

Soy archivista, en la biblioteca de un coleccionista privado de libros antiguos: tiene una gran colección desde los 14 años, y tiene documentos y cosas muy antiguas, y todas las cartas de los poetas chilenos. No estoy contratada, pero recibo un pago fijo. Es muy fascinante mi trabajo, me gusta mucho. Pero también me encantaría volver a trabajar de actriz.

Me gustaría que se mejorara la industria en todos los sentidos fuese algo en lo en la que todos podamos participar. Por eso pensaba en ese reality, como: “Oye, amigos, todos los que no tienen pega, y han tenido algún tipo de relevancia dentro de...”. Ahora, en la audioserie, estuvo Ramón Núñez; y como soy de La Mancha, nunca había estado con un prócer de la U. Católica. Fue increíble estar y actuar con él. Él obviamente ya está fuera de las pistas, porque ya tiene casi 90 años y está retirado como un sabio, e igual hace sus cosas. Pero hay gente muy valiosa y linda que vale la pena que todavía sea parte de las ficciones, ¡y que sean distintas! Que hagan miniseries, series, películas... ¡Por favor!

Ramón Núñez era”Don Goyo" en Sábados Gigantes, pero también era un gran académico y hacía todas las obras de teatro de la UC. Creo que nos hemos ido acomplejando con el tiempo los chilenos, o nos hemos ido especificando tanto que cualquier persona que hace más de una cosa es vista como ridícula o poco seria. Creo que a mí se me puede ver así.

"Creo que nos hemos ido acomplejando con el tiempo los chilenos", analiza Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

¿Por qué me defino como ridícula? ¿No encuentras que soy ridícula? Siempre lo he sido. Por ejemplo, fui a un programa de Julio César Rodríguez —a uno que tenía una banda en vivo— y me preguntó si me gustaba “la lengua en el hoyo”. Yo quería tratar de ser un poco más seria, porque no quería más ordinarieces... Igual, la lengua en el hoyo a quién no le gusta... JAJAJAJA.

¿He pensado en escribir un libro? ¡Sí! Pero necesito a alguien que me ayude a redactarlo bien, y también con la ortografía. Quiero hacer un libro, me gustaría hacer un libro de crónica, de todas las huevadas que me pasan. Me pasa que siempre termino en situaciones un poquito ridículas. Como que atraigo la ridiculez. Lo veo como algo divertido, que podría ser interesante... ¡Pero qué difícil escribir algo chistoso! Quizás chistoso como yo lo cuento, pero después al traspasarlo a la literatura, ¿cómo sabes si resulta?... Me interesa.

Cuestionario Pop

Si no hubiera sido actriz, me hubiesa gustado ser arquéologa o pintora.

En mi época de estudios era matea y tenía muchos problemas para hablar con el sexo opuesto

Un apodo es “Monita”, que todo el mundo me dice así. Hay gente que me dice “Jose”, sobre todo las personas del Colegio Apoquindo; pero no me aproblema.

¿Un sueño pendiente? ¡Todos! Ir a Irán, viajar, actuar en películas...

Una cábala yo diría que es rezar. Creo en Dios, soy muy devota de Santa Rita de los Imposibles y de la Virgen de los Rayos. Me encomiendo harto a ellas cuando necesito que algo pase.

Una frase favorita es... “oigan El último palestino”.

Un trabajo que haya tenido que no se conozca: casi siempre he trabajado en cosas con libros, librerías y cosas así. Una vez creo que le hice clases de español a una prostituta francesa; pero no puedo decir con certeza si lo era... No tengo pruebas, pero tampoco dudas.

Mi primer sueldo lo gasté en el arriendo, si me vine a Chile con guagua, que fue haciendo teleseries.

"Una vez creo que le hice clases de español a una prostituta francesa", cuenta Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

Me arrepiento de no haber estudiado en la universidad.

Una actriz chilena que admiro es Gloria Münchmeyer, Paloma Moreno, Elsa Poblete y Marcela Salinas. Me encantan. Son gente que me gustaría llamar (para trabajar).

Una actriz chilena que es mi amiga: Paloma Moreno y Claudia Pérez.

Un lugar favorito de Chile es Concepción. Ahora fui hace poco a filmar la colección de un señor, Esteban Canata, que tiene la colección más grande de arte chileno del siglo XIX, que me gusta mucho: Juan Francisco González, Arturo Gordon y Camilo Mori, ¡y la tiene en un estacionamiento! Es un estacionamiento costumizado; pensé que sería negro y tendría que estar filmando con una linterna, ¡mas no! Estaba alfombrado, y era un laberinto lleno. Y dije: “Wow, qué entretenida esta ciudad”. También puedes ir a todas las caletas, como Chome, y hay miles. Hay mucho para hacer en Concepción en términos de panorama. No me aburriría nunca. Me encantaría vivir en Concepción.

Una película que me hace llorar es Los niños del cielo.

Un pasatiempo oculto —que no es tan oculto— es el collage: ¡me encanta recortar! Creo que es un TOC que tengo, que me gusta recortar, de revistas y todo. Soy muy ladrona de revistas: “La ladrona de revistas”. Como cada vez hay menos revistas. He hecho cosas que tienen que ver con el hurto con revistas. NO PUEDO PARAR. Si veo una revista antigua, bonita, linda, y que tiene unas fotos bacanes, me la voy a meter dentro de la polera como pueda. Lo siento.

" Soy muy ladrona de revistas", transparenta Celine. Foto: Andres Perez Andres Perez

¿Un miedo? Me da miedo todo.

¿Creo en el horóscopo? Soy Leo, pero también soy Cáncer. Parece que la Moria Casán es Leo, y me encanta la Moria Casán. Me encanta tener algo (en común) con ella. Me gustaría tener la seguridad en sí misma que tiene ella, que encuentro que no la tengo. Algo tiene que ver mi ascendente, porque sino (sería) Moria Casán.

Si pudiera tener un superpoder, me gustaría transformar las cosas en plata, como recortar papeles y que al otro día se transformen en billetes.

No tengo ni un placer culpable. Lo que me encanta no me da vergüenza que me encante.

Si pudiera invitar a tres famosos de la Historia a un asado, me gustaría invitar a la Moria Casán, a la Verónica Llinás y la China Zorrilla.

¿Quién esCeline Reymond?... ¿What?... Se los dejo a ustedes.

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